viernes, 11 de mayo de 2007

Valencia se come la tostada

Hace tan sólo cinco años, comentábamos con algunos amigos el cambio espectacular que empezaba a intuirse en la ciudad de Valencia. Hoy sólo hay que darse un paseo por la ciudad. Valencia se puso las pilas de mayor potencia y, en poco tiempo, ha conseguido cambiar su imagen de ciudad verbenera para los ruteros del bacalao, por una imagen de ciudad moderna, cosmopolita y donde suceden las cosas importantes de España.

Mejoraron las comunicaciones, hicieron grandes y modernos hoteles, prácticos y cómodos espacios para realizar todo tipo de eventos, obras majestuosas creación de los más prestigiosos arquitectos, y la suerte de contar con Rita Barberà, una todo terreno insaciable que, política aparte, se ha ganado el respeto y la admiración de algo más que el pueblo valenciano. Sólo hay que ver dónde se celebran desde hace varios años las principales reuniones de negocios y los eventos más destacados, y todo apunta a la Capital del Turia.

Hace cuatro años, Valencia dio el zambombazo, al conseguir arrebatarle la Copa América de Vela a otras ciudades españolas, algunas tan impresionantes como Barcelona. Y aunque el dios Eolo ha faltado a su cita más veces de las esperadas para que esta competición, al menos su primera fase, se desarrollara con regularidad, hasta los que se van más tristes, los equipos perdedores, lo hacen agradeciendo a Valencia todo lo que han recibido y le rinden honores en todos los aspectos.

Pero Valencia no se para aquí y acaba de conquistar otro de sus sueños. Tras la Fórmula uno del mar, posiblemente Valencia acoja un Gran Premio de Fórmula 1, la de verdad. Por el momento hasta el año 2015, sólo, y según palabras del dueño de la Fórmula 1, Berni Eclestone, si Francisco Camps, el actual Presidente de la Generalitat Valenciana, gana de nuevo las elecciones. Eclestone dice que “él cree en las personas y el contrato no se firmará hasta después de las elecciones, cuando gane Camps”. (Ya veremos que pasa con estas bonitas declaraciones.)

Sí, Barcelona también tiene este evento, pero la diferencia es que Valencia lo abre a todo el mundo y construye un circuito urbano, que, si todo sale a gusto de Eclestone, se llamará Gran Premio de Europa.

Ahí está la clave. En Valencia se trabaja con vistas al futuro y se lucha por conseguir los sueños, pero no sólo del gobierno y para el gobierno, sino para todos los valencianos. (o al menos son magníficos encantadores de serpientes). Y en este sentido, yo me declaro profunda admiradora de la alcaldesa Rita Barberá, esa enorme mujer con voz de resaca de tabaco y enorme sentido del humor que habla, piensa y actúa como tú y como yo, y no como un político, o al menos eso es lo que aparenta, y eso sí lo hace divinamente.

A pesar de que soy una incondicional de Barcelona, debo reconocer, como ya intuí hace unos años, que Valencia se está comiendo la tostada de España.


Marg.

Ultima hora: las palabras de Eclestone, en plena campaña electoral, han provocado la furia en el seno del PSOE (téngase en cuenta que Camps y Barberá son del PP) que las han tildado de "chantaje intolerable"y han supuesto el inicio de una nueva guerra cruzada entre ambos partidos. Pero esto era una curiosidad, nada fuera de lo normal y menos en estas fechas.

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