jueves, 3 de mayo de 2007

Bonnie & Clyde a la española

Hoy no se habla de otra cosa. El culebrón de la Operación Malaya ha conseguido al fin emitir su mejor episodio al detener a Isabel Pantoja por un presunto delito de blanqueo de capitales y obligándola a pasar la noche en los calabozos de la Comisaría de Málaga, en espera de que durante esta mañana declare ante el juez instructor de la Operación Malaya Miguel Ángel Torres, que investiga la trama de corrupción en el Ayuntamiento de Marbella.

Esta detención, que hará las delicias de la prensa del corazón y de los necesitados de carnaza para llenar miles de programas de la tele, parece haber sorprendido a los abogados de la tonadillera. No entiendo por qué, deben ser los únicos sorprendidos ante una detención que, desde que empezó esta Operación, esperaba todo el mundo.

El pasado mes de diciembre salió a la luz que en un registro realizado en la casa donde vivía con su novio Julián Muñoz, cuando esté fue detenido, se hallaron
50.194 dólares y 9.500 euros en metálico, dinero que la cantante justificó como parte del adelanto por el pago de una gala y otra parte para “el diario”, o sea los gastos corrientes de su casa. Vamos, la calderilla normal para ir al súper y pagarle al fontanero. Como tú y como yo, el juez tampoco la creyó, y le retuvo parte del botín porque presuntamente eran fondos atribuibles a Julián Muñoz.

Ahora, cuando va a cumplirse un año de la detención de su corrupto novio, y tras pasar estos doce meses arrastrando su soberbia por España entera, la Pantoja se encuentra en la encrucijada. Si finalmente es absuelta, podrá mostrar de nuevo “los dientes” (famosa frase suya) a todos los que se han cebado con ella y, si por el contrario, se la considera culpable, vivirá en sus carnes la misma lección de humildad y los ataques de las feroces aves de rapiña, que posiblemente acabarán con ella.

Curiosamente, y como pájaro de mal agüero, ayer por la tarde el presidente del Gobierno, José Luís Rodríguez Zapatero, visitó la Comisaría Provincial de Málaga para felicitar a los agentes que habían participado en varias operaciones de gran envergadura como la Operación Malaya y charló con ellos durante unos minutos. Sin embargo, fuentes del Gobierno aseguraron que el Presidente desconocía que la tonadillera iba a ser detenida en el marco de la operación contra la corrupción en Marbella. ¿?

No me creo nada. Poco después de su visita a la Comisaría, ZP dijo en un acto público del PSOE celebrado en Marbella que aspiraba a tener en la localidad malagueña un ayuntamiento que se preocupe de los intereses de todos y no de unos pocos "por muy famosos que sean". ¿Lo ves? O ZP tiene dotes adivinatorias y su fama de gafe le persigue allí donde va, o alguien en la Comisaría, lo normal, le adelantó los acontecimientos.

Pues este nuevo capítulo con que nos ha despertado hoy el culebrón de la tonadillera y el alcalde es una bonita historia que me recuerda a la extraña pareja de Bonnie & Clyde.Ya sabes, se amaron, la armaron, robaron y acabaron ajusticiados y linchados. Sí, es como Bonnie & Clyde, a la española, claro.

Marg

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