viernes, 11 de mayo de 2007

Blanco o negro

La vida está llena de contradicciones. Digo yo que si no fuera así pues sería tremendamente aburrido, saber todo el tiempo qué camino seguir o a quién adorar.

Lo cierto es que cada vez estoy más convencida que vivimos la época de los extremos. Poco a poco han desaparecido los términos medios, nos vemos obligados a definir nuestra postura si no queremos ser acusados de pasotas o poco involucrados.

Así podemos ver posturas encontradas en cada cuestión que sale a la luz y, aunque siempre he defendido la necesidad de la polémica para poder avanzar, últimamente empiezo a echar de menos la gama de los grises en este mundialmente “blanco o negro”.

Por este motivo, hoy mi sonrisa la ha provocado la necesidad de “bisness” de una empresa portuguesa. Al parecer los peregrinos que estaban decididos a demostrar su fe, en algunos casos, o simplemente a hacer turismo hasta el Santuario de Fátima, se han encontrado con una sorpresa inesperada. Los mapas gratuitos que les han sido entregados muestran en un lado a la Virgen María y, por otro, anuncian todo tipo de juguetes sexuales y afrodisíacos.

Te puedes imaginar el revuelo que se ha montado en el país vecino. La verdad es que no acabo de entender porqué tanto enfado ni porqué deben estar enfrentadas la fe religiosa y el placer sexual.

Pero lo están. Sin ir más lejos, en su visita oficial a Brasil, el Papa ha insistido en la defensa de la virginidad y en la condena de los preservativos y las relaciones prematrimoniales.

Valor, desde luego, no le falta para ir a exponer su “postura” en el país sexual por naturaleza y afirmar cosas como “
la vida conyugal es solamente fuente de paz en la medida en que sepáis hacer de la castidad un baluarte de vuestras esperanzas futuras".

En fin, que no sé si habrá conseguido que su mensaje, lanzado en el “Encuentro con los jóvenes”, haya convencido a los jóvenes brasileños en el ya que muchos de ellos manifestaron sus diferencias al respecto. Pero hablar de la castidad como un baluarte de esperanzas futuras en un país que está intentando salir de la pobreza y de numerosos problemas sociales y económicos me parece una osadía y un no ver la realidad.

O, simplemente, una contradicción más.

Merx

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