lunes, 14 de mayo de 2007

Locura

Siempre he sentido un pavor irracional a las enfermedades de la psique. No es porque piense que son un “estigma” a través del que la gente va a tildarte de loco, ni mucho menos, si no porque la pérdida de la razón me aterroriza.

Hoy leo el último informe del Colegio Europeo de Neuropsicofarmacología y da escalofríos. Según el citado informe más de la mitad de los españoles padece algún trastorno mental a lo largo de su vida.

Seguro que estarás pensando que en un mundo tan agitado como el nuestro, en el que la inmediatez es esencial para cumplir nuestras expectativas y en el que la presión del entorno es cada vez más férrea, lo raro es estar cuerdo.

El informe en realidad hace especial hincapié en el tema del rechazo social. Afirma que en España aún continua siendo “mal visto” el decir que alguien asiste al psiquiatra, al contrario que otros países como EEUU en el que lo que realmente es “in” es tener tu propio psiquiatra como quien tiene su peluquera o su asesor fiscal.

Como, en este sentido, aún nos queda mucho que recorrer, los expertos en la materia nos recuerdan que la enfermedad mental es precisamente eso, una enfermedad. Y que del mismo modo que nos rompemos una pierna o nos entra una amigdalitis, también podemos sufrir una depresión o una psicosis que tratadas a tiempo se pueden curar.

Es curiosa la mala prensa que tienen las depresiones. Las asociamos con falta de carácter para enfrentarse a la vida o incluso con falta de voluntad. Según el Dr. Arango, jefe de la Unidad de Psiquiatría de Adolescentes del Hospital Gregorio Marañón, de Madrid, y coordinador de la primera Red de Investigación de Enfermedades Mentales española “el cerebro, como el hígado o el corazón, enferma. Y lo hace a través de sus mecanismos de expresión: los estados de ánimo, el pensamiento, la cognición, las alucinaciones".

A pesar de estar de acuerdo con estas afirmaciones creo que tampoco debemos convertir este hecho en una alarma social. El informe afirma que en España no se tratan ni un 50% de las esquizofrenias ni tampoco un 80% de los trastornos afectivos, de depresión o de ansiedad pero creo, para ser totalmente imparciales, deberíamos añadir que la Sanidad quizá tampoco está demasiado preparada para hacerlo.

La solución debería estar al alcance de todos y no de unos pocos que puedan pagar un psiquiatra particular o arriesgarse a esperar una visita más de seis meses y ponerse a hablar con la lámpara del dormitorio de pura desesperación.

Sí es cierto que la detección precoz es importante, que debemos superar el estigma “del loco” pero pediria que tampoco nos pasaramos de alarmistas. Afirmar cosas como “medio millón de los españoles actuales, de los cinco que a lo largo de su vida tendrán depresión, están abocados al suicidio, con los porcentajes actuales” me parece alarmista.

Porque, si nos ponemos en ese punto de vista, vamos a empezar a intentar reconocer indicios de locura donde sólo hay una cordura mal llevada.
Merx

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