miércoles, 2 de mayo de 2007

Dime niño de dónde eres...

Ayer entraron en vigor lo nuevos requisitos exigidos por el Centro Chino de Adopciones (CCA) para la adopción internacional, que dan prioridad a las parejas heterosexuales casadas, sanas y con un alto nivel de estudios e ingresos. A partir de ahora, los homosexuales, a los que el CCA considera personas con desorden mental, los solteros, los menores de 30 años, mayores de 50 años y los obesos, entre otros colectivos no podrán ver cumplidos sus deseos de adoptar un niño, al menos con los ojos rasgados.

Con la entrada en vigor de los nuevos requisitos del CCA se pueden ver afectadas las miles de solicitudes de adopción de menores chinos, que principalmente solicitan países como España, EEUU y Canadá y que parece ser pasaran el filtro impuesto por las nuevas normas.


Ahora, tras tanta adopción en el país asiático, y según ha declarado el director del CAA, hay menos niños para adoptar y lo que se pretende es buscar a las mejores familias posibles y proteger los intereses de los huérfanos, acortando el tiempo de espera a los solicitantes más cualificados.

Como siempre ocurre con las normas, hay aspectos que compartes, otros que no comprendes y otros que comprendes pero no compartes. Si bien me parece lógico impedir la adopción a personas con problemas graves de salud, con enfermedades como el alcoholismo o la depresión, resulta algo exagerado exigir un límite de masa corporal, siempre y cuando tu obesidad no te impida levantarte de la silla.

Y si puede parecer razonable que a las familias dispuestas a adoptar se les exija un patrimonio suficiente que asegure el bienestar del niño, porque para penurias ya tienen bastante en los orfanatos chinos, quizá las exigencias de contar con un patrimonio superior a 58.000 dólares (unos 58.600 euros) y presentar ingresos que permitan cubrir con al menos 10.000 dólares anuales (unos 7.300 euros) a cada miembro de la familia, incluido el niño a adoptar, van a ir beneficio de las familias americanas y canadienses, perjudicando a los españoles, cuya renta media muchas veces no se acerca a esas cifras ni de lejos.

Toda esta ristra de criterios, por cierto bastante materialistas y que tampoco garantizan que vayan a ser las mejores familias las que adopten, tiene un inconveniente adicional sobre todo para el colectivo de homosexuales ya que los solteros tienen mayores problemas y están obligados a firmar ante notario una declaración afirmando su heterosexualidad, y a los homosexuales casados, directamente se les descarta. Así, la nueva criba representa un punto y final a la única vía por la que hasta ahora adoptaban niños chinos y veían realizados sus deseos de tener una familia con hijos.

Pensarás en aquello de hecha la Ley, hecha la trampa y solucionar el tema firmando ante notario tu heterosexualidad a pesar de no ser cierta, pero aquí entramos en un ovillo de principios y derechos muy difícil de desliar.

Espero que las limitaciones impuestas por el gobierno chino no sean ejemplo en el futuro para el resto de países que son carne de adopción. Aunque no descarto que el veto de China acabe siendo un motivo de marginación para los propios niños, dando pie a aquello de dime de dónde eres y te haré un retrato de tu familia.

Marg

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