martes, 8 de mayo de 2007

En busca de la felicidad

Cuando un artista publica un nuevo trabajo, en este caso en el terreno de la música, la promoción que le obliga a realizar su discográfica es exhaustiva y supongo que agotadora.

Desde la aparición en el mercado del último disco de Miguel Bosé, “Papito”, he leído en la prensa múltiples entrevistas y declaraciones del cantante. Continuamente aparecen nuevas declaraciones que, igual que el gota a gota, van alimentado el terreno para que las ventas del disco crezcan.

He de decir que es un cantante que yo, personalmente, asocio a mi adolescencia. Básicamente porque mi hermana estaba loca por él y era capaz de enfrentarse a quien hiciera falta cuando empezaron los rumores sobre su homosexualidad. Ahora, desde un punto de vista más madurito, mi hermana dice que le da igual con quién se acueste porque a ella sigue apasionándole oírle cantar.

Pero a lo que iba. Hoy leo una nueva entrevista a Bosé en Open, una revista mejicana, en la que el cantante afirma con rotundidad “cuando estoy gordo soy feliz”. Añade que aunque sí se preocupa de la apariencia, en ocasiones pierde el sentido de la vanidad y se pone a comer como un cerdo.

No digo yo que el hombre no envejezca con dignidad, más de uno querría mantener esa áurea de conquistador nato, ni tampoco que su cuerpo no haya perdido en la batalla a los kilos que van acampando a sus anchas conforme pasan los años. Lo cierto es que en las últimas ocasiones lo he visto un poco fondón pero no pensaba yo que fuera un mecanismo de la búsqueda de la felicidad…


Así que mira por dónde lo que a Miguelito le hace feliz es estar gordo. Me alegro muchísimo, bandido, que haga unas declaraciones como estas en un mundo en el que el culto al cuerpo ya es casi una religión. Pero claro, como soy desconfianda por naturaleza, he empezado a pensar si las declaraciones no formarán parte de una estrategia de comunicación, ya sabes esa premisa de adaptar el mensaje al público al que te diriges.

Por que he de decirte que en esta entrevista me he enterado de muchas cosas más del cantante. Por ejemplo que tiene quince perros y otras tantas gallinas, treinta palomas y un gato; que la casa familiar que poseía en Madrid la ha demolido para construir una vivienda “super moderna” y que la UNESCO le parece una organización débil con un presupuesto enorme y con credibilidad para pocas cosas.

Un auténtico cóctel de información de lo más variopinta, ¿no crees?. Para acabar el artista afirma que no descarta someterse a una operación de cirugía estética para mejorar su apariencia.


Ahí me han dao. ¿Pero no era un gordo feliz?. Lo que yo te diga, Linda, estrategias de lanzamiento del disco.

Merx

1 comentarios:

Anónimo dijo...

me da igual.....que si es marketing, que si promoción, que ya no saben qué hacer para vender.....Que me da igual !!!
Su voz es la mejor publicidad, esa mirada " al bies", esa "APOSTURA" entre canalla y cómplice que te atrapa, te pone, te provoca.
Recordad:"El tiempo pasa y no de largo, y hay quien no se entera que somos los mismos envueltos en novedad."
Pero me da igual porque me sigue emocionando y , a pesar de los años, sus canciones siguen siendo mis cómplices.

 

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