martes, 22 de mayo de 2007

Otra realidad

Algo tiene que pasar. No sé muy bien el qué, así que aunque por un lado deseo fervientemente que “ocurra algo” que varíe esta realidad aunque por otro me da un pánico terrible descubrir cuál.


Estamos, aún, en plena campaña política para las elecciones municipales y ya no puedo más. Sí chica, estoy harta de los coches con megáfono, de las visitas sorpresa de los candidatos al parque del barrio, del buzoneo indiscriminado…por favor, paren ya.

Y claro, lo más curioso es que no estamos hablando de elecciones generales así que no quiero ni pensar qué campaña nos están preparando, los unos y los otros, para la próxima elección de presidente.

Así estoy yo, agobiada de tanto cruce de acusaciones, de tanta guerra sucia y descalificaciones. Agobiada porque lo que consiguen, en mi caso, es que no quiera saber nada de los partidos políticos ni de su mensaje, al que ya ni llego por la saturación inicial al oir tanto despropósito.

Pero tanto hartazgo también me provoca pánico. Porque claro, supongo que habrá muchos como yo pero también muchos otros que se radicalizarán y secundarán cualquier opinión, o barbaridad incluso, del líder del partido político del que son “simpatizantes”.

Porque ahora, en la guerra política, todo vale. Así encontramos desde el alcalde y líder del PP en Ourense que es acusado por el PSOE de tener censadas en su domicilio a 16 personas (sobrinos, cuñados, hermanos etc.), personas con su residencia habitual fuera de Galicia, para lograr así “más votos” en las próximas elecciones, acusación de la que él se defiende diciendo que “lo que ocurre es que tengo una casa grande”. O la guerra abierta en Sevilla, donde el PP acusa al PSOE de convocar un “botellón” para la “jornada de reflexión” y los acusados, el PSOE, se defienden demandándolos por injurias.

Supongo que, como yo, te preguntarás si aún hay esperanza en este país, en cuanto a política se refiere, si en algún momento parará este culebrón a lo prensa rosa a que nos tienen acostumbrados.

Yo, por eso de ser optimista, pienso que debe haberla. Que tiene que haberla. Aunque, supongo, queda un largo camino por recorrer. Un ejemplo. En Galicia casi 16.000 jóvenes pertenecen a 3 de las organizaciones juveniles de los 3 partidos en el poder: PSdeG, PP y BNG. Es evidente que, su pertenencia a uno u otro partido, les hace variar en las valoraciones políticas de los problemas que acechan a la juventud gallega pero me ha sorprendido que los líderes de las tres afirmaran:
"No sé si es posible, pero es deseable un acuerdo entre las tres formaciones juveniles. Seguramente coincidamos en muchas de las soluciones"Si es necesario un pacto por la sociedad, lo haremos".

Espero que no sólo sea deseable y que sea posible. Que la “madurez política” no les haga cambiar de opinión.

Merx

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