domingo, 6 de mayo de 2007

Distracciones

Cada vez estoy más convencida de que sí somos el país de la pandereta. Quizá lo que nos salva es que el resto del globo está tan distraído con sus propias tonterías que no nos presta atención, o eso espero.

Nuestra clase política se dedica a realizar discursos de patio de colegio. A mi me recuerdan a aquellas reuniones que teníamos en el instituto con los delegados de clase, en las que el rey del absurdo era seguro el triunfador por goleada del “debate político”.

En estos días hemos oído de todo. Desde políticos que acusaban al rival de “perseguir a tonadilleras” para reforzar su campaña política hasta ex presidentes del gobierno, que en un alarde de “colegueo” con el gremio vinícola, ridiculizaba la campaña de tráfico para poder hacer un chiste.

Y qué decir de la televisión. La cobertura mediática de la detención de la Pantoja, de la tendencia de ir de puticlubs de su niño.Y digo yo que qué tendrá de malo que el niño de la Pantoja frecuente garitos de este tipo; más que noticiable para mi es triste, porque con la pasta y la juventud del colega podría buscarse otra cosa. Pero bueno, el tema está claro que es puro vicio, así que haga lo que le dé la gana con ese “cuerpo campofrío” que Dios le ha dao.

Y el cachuli. Ahora se pone en huelga de hambre para hacer saber al mundo la injusticia que se está cometiendo con su persona y seguir así dando carnaza a los políticos para que establezcan un paralelismo entre ETA y el Julián Muñoz. Aberrante. O esas fans de la Pantoja que se han liado a mamporros con los cámaras y periodistas apostados en la casa de la artista. Penoso, ¿no crees?

Empiezo a darle la razón a un buen amigo mío que sostiene que con todo esto lo que se pretende es desviar nuestra atención. Nos atontan con este tipo de cosas para evitar que nos fijemos en lo realmente importante que ocurre a nuestro alrededor.

Así que ya sabes. No te distraigas con la pandereta.

Merx

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