sábado, 10 de marzo de 2007

Las musas andan perdidas


En la sociedad actual, tan consumista y a la vez tan saturada de productos, los creativos publicitarios cada vez tienen más dificultades para lograr captar la atención del público y, por supuesto, para incitarlos a la compra de su producto.

Cuando en su día los que estudiamos publicidad tuvimos que enfrentarnos a la asignatura de Derecho de la Publicidad, un auténtico coñazo, poco imaginábamos que las cosas fueran a llegar tan lejos. En aquella época debías conocer las limitaciones en cuanto a publicidad comparativa o engañosa, por citar algunas, pero lo de nuestros días va más allá.

Al parecer a Armani le han dado un “toque de atención” por su última campaña de publicidad de su línea de ropa para niños y adolescentes Armani Junior. El Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid considera que la fotografía que ilustra la última campaña de la firma italiana “está al límite de la legalidad en publicidad de menores” y solicita su retirada porque “parece incitar al turismo sexual”.

Una afirmación muy grave, dado el alto índice de pornografía infantil y los numerosos casos de abusos a menores que vemos todos los días en la prensa. No obstante, y dicho esto, me parece alarmista esta afirmación. Te cuento.

El anuncio en cuestión se ilustra con una fotografía de dos niñas de unos ocho años cogidas de los hombros. Una de ellas, con trenzas, tiene rasgos orientales y lleva una camisa blanca con vaqueros; la otra aparece con un biquini y bermudas. ¿Te parece que esa imagen incita al turismo sexual?. Lo cierto es que a mi se me escapa ese análisis en profundidad de la imagen; ¿será por los rasgos orientales de una de las niñas? ¿será porque la otra va en biquini?.

El Defensor añade que no le parece normal que las dos niñas aparezcan con los labios pintados, en una imagen en blanco y negro, y llevando una ropa de adultos. Además, aclara, “los menores sólo pueden aparecer en anuncios destinados a la infancia” y en este caso “no está claro que esté dirigido a niños”.

En fin, no sé que quieres que te diga y aunque a mi personalmente no me gusta que los niños parezcan adultos en miniatura, las cosas están así. No sé si este señor se ha dado una vuelta por las tiendas de ropa para niños últimamente, así habría podido percibir que la ropa de niños es casi idéntica a la de adultos sólo que a escala más pequeña; tampoco sé si habrá visto la multitud de juguetes para niñas que utilizan el maquillaje, la bisutería y todo aquello que pueda hacerles parecerse a su mamá.

A pesar del pavor que me produce el tema de abusos a menores y del tráfico sexual, creo que en este caso han ido demasiado lejos. Así que permíteme que me solidarice con el pobre creativo y director de arte que han creado esta campaña al ver que, su creación, recibe acusaciones tan graves.

Merx

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