viernes, 9 de marzo de 2007

Derechos con fundamento


El titular de una noticia ha saltado hoy ante mis ojos y me ha producido una especie de escalofrío. Es una noticia sobre el caso de Inmaculada Echevarría, la mujer granadina que lleva treinta años hospitalizada por una distrofia muscular que le diagnosticaron cuando contaba once años de edad. La solicitud de Inmaculada, el deseo de que le retiren el respirador mecánico que la mantiene con vida, ha causado mucha repercusión mediática y jurídica.

Una vez más, como en el caso de Sampedro, ha vuelto la polémica sobre la eutanasia en nuestro país. La justicia, así como las organizaciones pro-vida, diferencian ambos casos con largos argumentos jurídicos aunque a mí personalmente me parecen lo mismo: el deseo de una persona a morir dignamente.

La noticia de hoy, el titular al que hago referencia, son unas declaraciones de SOS Familia que afirma “no existe el derecho a la muerte”. Me ha dado escalofríos, de verdad. Resulta que tenemos muchas obligaciones y derechos pero en ningún caso tenemos éste, el derecho a la muerte aunque no quisiera entrar a valorar ahora el tema de la eutanasia, muy delicado para banalizar sobre él.

Hechos. Es cierto que SOS Familia es una entidad civil sin fines de lucro, que se fundamenta en el Derecho Natural y en la Ley Divina enseñados por el Magisterio infalible de la Iglesia, según sus propias palabras, por lo que esa afirmación entiendo responde a sus creencias religiosas y morales. Pero lo que me sorprende es su argumentación en relación a este caso, para salir al paso de lo conseguido judicialmente por esta pobre mujer.

Ahora resulta, según el portavoz de SOS Familia, que “la información es confusa y no podemos saber si se trata de un caso de eutanasia o de ensañamiento terapéutico”. Ahí queda eso, ¿lo tienes más claro? Yo la verdad es que no, aunque el portavoz insista en diferenciarlos señalando que el ensañamiento terapéutico, que supone prolongar un tratamiento con muy pocas esperanzas de mejoría en un enfermo terminal, aunque se practique "con las mejores intenciones, además de ser inútil, no respeta al enfermo que ha llegado a su estado terminal". En cambio, la eutanasia "implica un homicidio en el caso de quien coopera con ella y un suicidio cuando la víctima lo solicita".

Pues ya ves, a hablar de respeto al enfermo. Así que yo les pediría, a todas estas organizaciones, que cuando hablen de derechos lo hagan con un poquito de fundamento, como Arguiñano, a ver si así lo digerimos mejor.

Merx

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