Parece ser que La 'Nueva Gramática de la Lengua Española' ya es una realidad al haber sido aprobado hoy su texto básico en el marco del XIII Congreso de Academias de la Lengua Española, aunque aun vamos a tener que esperar hasta la próxima primavera para leer a fondo el resultado de los más de nueve años de intenso trabajo que ha llevado realizar el borrador.
Aunque así a primera vista puede parecer que no es una obra de esas que empiezas y te acabas del tirón, yo estoy impaciente por consultarla sobre todo después de escuchar el discurso de alguno de los allí presentes que ha dicho de la obra que “va a permitir a los hispanohablantes reflexionar sobre su propio idioma”, a lo que nuestra Majestad ha añadido que esta nueva gramática “está pensada no sólo para los estudiosos sino para el pueblo, toma del pueblo mismo lo que, debidamente articulado, le devuelve convertido en norma plural de corrección lingüística".
La verdad es que a mi no se me hubiera ocurrido nunca hablar de reflexionar sobre el idioma como concepto para definir la obra porque, a excepción de los expertos y estudiosos en las particularidades de cada área lingüística, no veo yo al común de los mortales, o al pueblo como dice Don Juan Carlos, reflexionando sobre el idioma en la media parte de un Madrid-Barça, en el desayuno con los compañeros de trabajo o en el entreacto de una obra de teatro, o igual sí y el problema es que yo soy un zoquete. Pero cuando los índices de lectura en nuestro país están por debajo de la suela de los zapatos, me sorprendería mucho que el pueblo se molestase en estudiar la nueva gramática sin que le obliguen.
De todas maneras, yo estoy impaciente por consultarla por varios motivos: Si la nueva gramática plasma el tronco común que une a los hablantes de diferentes países y las particularidades de cada zona, y por primera vez España no es el eje vertebrador, entonces una antigua compañera de trabajo está de suerte, siempre la hemos criticado por lo mal que hablaba el español cuando decía “más que todo”, “acá”, “cosita” y otras zarandajas por el estilo, y a partir de ahora la mitad de su vocabulario va a ser perfecto, porque creo que se lo trajo de un viaje a algún país de Sudamérica. La otra mitad, sin acritud, seguirá siendo lamentable.
Por otro lado tengo una enorme curiosidad por ver si por fin se han eliminado de la nueva gramática todas aquellas palabras que el pueblo pronuncia mal irremediablemente tipo cocreta por croqueta, metraquilato por metacrilato, metereología por meteorología, dentrifico por dentífrico o frustrada o era fustrada o etc... Y es que además ¡! el pueblo dice pasta de dientes y no dentífrico o habla del tiempo y no de la meteorología!!
No obstante y dejando aparte la curiosidad por la gramática que encierra la nueva obra, es un hecho encomiable el que 22 Academias de la Lengua se hayan puesto de acuerdo, aunque hayan tardado casi una década en demostrarlo, y aquí en nuestro país cuatro comunidades no sean capaces de hacer lo mismo.
Yo me la pido. Además, y en un alarde de modernidad, cuando compres la Nueva Gramática Española que ya no es Española te regalarán un deuvedé con el que poder practicar las variantes de pronunciación y ritmo del español en las distintas áreas lingüísticas, amén de ofrecer un curso de fonética española, algo que de por sí nos va venir estupendo a muchos.
Marg
domingo, 25 de marzo de 2007
La Nueva Gramática Publicado por Mujeres
Una duda más a consultar, y puesto que dicen que recoge el lenguaje del pueblo, es si ahora incluirá palabras comunes como sinalámbrico (teléfono sin cable), deuvedés (DVD), tasis, patrás y palante, flipar, mindundi o incluso pilingui y por qué no joíopolculo, porculero o chinarse (enfadarse).
Etiquetas:
Cultura
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