Fuera de mercado Publicado por Mujeres

Debo admitirlo, por mucho que me fastidie, que estoy fuera de mercado. No sé si como decía el Risto Mejide de OT es que no soy un producto actual o que quizás, y esto es lo más probable, me han descatalogado.

Hacía unos meses que no salía por ahí de fiesta un fin de semana, así que poco podía saber yo lo que se cocía en el ambiente nocturno. Ahora lo sé y he de decirte que además de estar hecha un asco (la edad, pensarás) tengo un poco de depresión post-fin de semana.

No se trata de la edad de la peña que sale a disfrutar de la noche del viernes y/o del sábado, no, porque podríamos decir que la mezcla era bastante homogénea ya que es difícil adivinar la edad de la gente: ¿jovencito castigado o madurito resultón?. Así que, pensarás, descartada la edad ¿qué nos queda?. Pues evidentemente la estética.

Sí, lo de la estética es alucinante. Entiendo que no es muy diferente de cuando podías encontrar gente con look progre, pijo, macarra o simplemente hortera. Pero en aquellos días la estética de la persona iba ligada a la estética del lugar dónde se tomaba las copas, la música que escuchaba etc. La diferencia con el momento actual es que el dónde no importa, sólo el cómo te paseas por ahí.

Así que he comprobado que el look del momento, sobre todo en lo que al sexo femenino se refiere, es el look “choni”. Sí, el rollo macarrilla de minivestidos con escotes de vértigo, taconazos con los que es imposible andar y mucha bisutería cuanto más grande y vistosa mejor, como la Juani de la última película de Bigas Luna.

He de reconocer que, en un primer momento, yo el look lo identifiqué sencillamente con un ¿porqué van todas las tías en plan hortera? ¿será alguna celebración o fiesta especial del rollo hortera?. En seguida me sacaron de dudas y me aclararon, con gran estupor ante mi ignorancia, que no era nada de eso sino sencillamente “lo más” del momento, es decir el look choni.

Si te sientes fuera de mercado como yo no desesperes. Tras unas horas de reflexión sobre el asunto he llegado a la conclusión de que las cosas descatalogadas vuelven, en algún momento, a recuperarse y lo hacen por el triple de su valor.

Vendrán tiempos mejores, querida.
Merx