Algo raro está pasando. El otro día leí en la prensa que las depuradoras han encontrado trazas de cocaína en las aguas del Río Llobregat, aquí en Barcelona, aunque no han podido determinar la cantidad, y la noticia explicaba que la primera alarma sobre la presencia de coca en los ríos se dio en 2005 en Alemania e Italia, donde el análisis de las corrientes fluviales evidenció que se consumía más polvo blanco del que se pensaba. Allí sí se pudo cuantificar la cantidad de droga y concluyeron que el Rin transportaba unas 11 toneladas de coca al año. Pero también en Zaragoza, algunos estudios han calculado que en el Río Ebro hay puntos concretos por los que pasan unos 57 kilos de coca al año.
Además del agua de los ríos, que parece ser se han convertido en un medio excelente de distribución para esta adictiva sustancia, ahora salta la noticia de que partículas de cocaína, marihuana, y hachís se encuentran en suspensión en el aire de Roma, junto al polen de las plantas o los gases de la industria y los automóviles.
Tú por si acaso, y para evitar males mayores, haz la sopa con agua de la garrafa, aunque nunca se sabe… la verdad puede estar, en forma de fardos, en las profundidades.
¿Qué pensará la Ministra Elena Salgado?
Marg
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