domingo, 3 de junio de 2007

¿Alguien da más?

La fiebre de los reality shows está viviendo uno de sus mejores momentos y las producto- ras no dejan de rebanarse los sesos en busca de la mejor idea, la más morbosa, y por supuesto, la que se convierta en el mejor cebo capaz de enganchar ante el televisor al mayor número posible de espectadores, y situarse así en los primeros puestos del ranking de audiencias, que es en realidad lo que cuenta.

Claro que tras la polémica experiencia holandesa generada por el programa en el que una enferma de cáncer tenía que elegir entre tres candidatos para donar uno de sus riñones, y que en realidad resultó ser un montaje de considerables proporciones, el listón se ha puesto demasiado alto y la sensibilidad y el aguante del público hacia estos programas está por ver.

Porque aunque la emisión del programa holandés lo que pretendía era concienciar a la sociedad sobre la donación de órganos, objetivo que parece haberse conseguido porque ayer eran 12.000 las personas que habían declarado su voluntad de donar, lo que no me queda claro es la desconfianza que a partir de ahora generará en la gente la emisión de cualquiera de estos realities.

A mí por lo menos me quedará la duda de si se trata de un nuevo montaje para concienciarme de algo o es realmente verdad lo que estoy viendo. Sea como sea, las propuestas sobre nuevos formatos no cesan y parece que los holandeses han picado el orgullo británico, que hasta ahora se erigía como el rey del reality show. Así que los ingleses se han puesto manos a la obra y la productora Rocochet, la misma de “Supernnany”, ya tienen tema y nueva polémica a la vista, al proponer un nuevo programa de televisión que costee los gastos de cirugía estética a personas desfiguradas a cambio de que las cámaras puedan grabar todo el proceso.

Rocochet ha contactado con la organización Face Trust, que lidera el doctor cirujano Peter Butler, un experto mundial en trasplantes de rostro completo, a fin de encontrar pacientes con deformidades faciales y por supuesto, y por eso de alimentar la parte sensible del tema, afectadas por un problema de autoestima hasta el punto, por ejemplo, de que tengan miedo de salir de casa, porque así aparte de arreglarles las horribles deformidades, ya de por si morboso, podremos asistir a un plan de terapia en grupo y ver cómo el individuo en cuestión, sufre, se hunde y remonta por conseguir mejorar su autoestima.

El doctor Butler, que ha expresado su profunda preocupación por la iniciativa, que por supuesto no ha rechazado, asegurando que "Tenemos que ser muy cuidadosos para evitar explotar a algunos de los sectores más vulnerables de nuestra sociedad” ya se ha metido en harina y está buscando a excelentes candidatos para el programa, o sea, cuanto más desfigurados y más depresivos, mejor.

Pues venga, marchando una de Quasimodos, que mientras el público aguante, es un paso más en el escalafón del morbo. Sólo nos queda despejar la duda de si se tratará de otro montaje para concienciarnos de algo grande o si realmente es una nueva versión de cambio radical pero a lo bestia.

¿Alguien da más?

Marg

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