miércoles, 6 de junio de 2007

Amor en estado puro

La verdad es que entre tanta desgracia y estrés que sacude al mundo, cada vez me sorprende más que un día alguien se pare a contarte su particular historia de amor, como la única cosa verdaderamente importante. Ayer fue uno de esos días. Entre las amenazas de ETA, las batallas políticas, la subida de los tipos de interés y la Eurocopa, tuve la suerte de encontrarme por separado a 2 amigas que hacía tiempo que no veía y que lo único que me contaron fue su particular historia de amor. El día lo rematé leyendo las declaraciones de un futbolista sobre su también particular novela amorosa.

Amor en estado puro que a veces te hace reflexionar, robarte una carcajada y que también es capaz de sacudir al mundo. Ahí te dejo las 3 historias.

¡JA, cómo no voy a querer!
Luz, 47 años, soltera de oro, mujer valiente, divertida y una loca enamorada de la vida, me confesaba ayer que se casa el 27 de junio con un chavalote brasileño de 27 años y culo imponente. Dice que el 27 es su número de la suerte y por eso ha elegido ese día para su boda y también para la edad de su futuro marido. Aunque dice que esta enamorada en su justa medida porque ya no tiene una edad para andar vestida de rosa y enseñando las suturas de su corazón, tiene claro que con su boda se ganará el cielo.

Como una buena samaritana, Luz se casa para hacerle un favor a su brasileño y así facilitarle las cosas en nuestro país y, lo más importante, para darle gusto a un cuerpo, el suyo, que aunque estupendo porque las horas de gimnasio y el bisturí han hecho su efecto, no deja de llevar 47 años correteando sin parar. Así, abiertamente y sin reparos, Luz dice que el 27 de junio cuando le pregunten aquello de ¿quieres al brasileño por tu legítimo esposo?, ella no va a dar el sí, va a poner su mano en el estupendo trasero de su futuro y va a decir “JA”, cómo no voy a querer”, para que todas las maduritas que la critican se sigan muriendo de envidia.

Amor puro, amor bello
Hablando de brasileños, debo reconocer que las confesiones del futbolista Kaká, que tiene unos 24 años, en los tiempos que corren para el amor y para los futbolistas, me han llegado a lo más profundo. Dice Kaká que su mujer y él eligieron “llegar castos al matrimonio porque la Biblia enseña que el verdadero amor se alcanza solo con la boda, con el intercambio de sangre, el que la mujer pierde con la virginidad”.

Aunque se considera un joven normal, reconoce que le ha sido difícil llegar virgen sin estar antes con ninguna mujer, pero que ha valido la pena porque la primera noche fue bellísima, y si su vida sigue siendo tan bella es por haber sabido esperar. Respeto profundamente el fuerte cariz religioso de este joven futbolista, que dice hacer muchos sacrificios y trata de evitar todas las tentaciones sin ir a discotecas o fiestas si no va con su mujer, pero no acabo de entender en qué punto ha visto él su normalidad.

Fúgate conmigo
Sole dejó atrás 17 años de matrimonio y 2 hijos porque se enamoró de un directivo de su empresa, también casado desde que nació y con tres hijas. Tras el anunciado rollete de un mes de pasión camuflada en viajes de empresa y escapadas nocturnas en los cursos de cómo ser un directivo eficaz, su ejecutivo ha puesto punto y final a una historia que sólo ponía trabas a su carrera al estrellato y a su cómoda vida familiar. También era anunciado el final de esta historia, pero lo que no esperaba es que la causa fuera una petición de Sole: fúgate conmigo.

Sole, ¿cuántos años dices que tienes? Vale, pues con 42 años debes saber que los gnomos no existen y que la historia que cuentas, con el final que deseas sólo existe en las novelas románticas, que sólo son eso: novelas.

Qué mezcla tan curiosa la de la conveniencia, la pasión, la ternura y lo que algunos se obstinan en llamar amor, cuando no es más que sexo.

Marg

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