Hoy, lo lamento, vuelvo a hablar de la Iglesia Católica. Antes de seguir escribiendo quiero aclarar que no hablo de los creyentes, sino de la Institución como tal que evidentemente podría hacerse extensiva a cualquier tipo de Iglesia como se denomine en otras religiones.
Aclarado este punto sigo con la noticia del día. El Vaticano ha vuelto a pronunciarse sobre el matrimonio gay, el aborto y la eutanasia. Y, para variar, no lo ha hecho con argumentos racionales sino con conclusiones doctrinales.
Del matrimonio gay afirman que es “maléfico” y que va contra la naturaleza de los seres humanos. Siempre que leo estas cosas experimento una especie de “regresión” a tiempos del pasado.
Te explico. El tema es que no acabo de comprender esta oposición al matrimonio gay cuando de lo que tratamos es de leyes civiles, no de matrimonios eclesiásticos. Está claro que ellos están en su derecho a “reservar el derecho de admisión” a aquellos que consideren dignos para estar en su congregación, estableciendo para ello todos los requisitos que consideren necesarios. Pero de eso a intervenir en las leyes civiles de un estado democrático me parece una auténtica regresión a épocas anteriores en las que las leyes civiles iban paralelas a las de la Iglesia (por decirlo finamente).
Del aborto y de la eutanasia, pues más de lo mismo que hemos oído cientos de veces. La diferencia en este caso es calificarlos como “terrorismo con rostro humano”. Me he quedado impresionada, asustada y preocupada al pensar cuánta gente pensará como ellos.
No sé cuál es la razón por la que la Iglesia se empeña en no evolucionar con los tiempos que vivimos. No voy a ser yo quien los critique pero sí me niego a su pretensión de hacer de su doctrina leyes civiles.
Yo, como muchos de mi generación, hemos recibido una educación católica pero eso no evita que también nos hayan enseñado a pensar y razonar las cosas. Diferenciar lo que está bien de lo que está mal, y recordar siempre eso de “Dios no castiga”. Lo malo, querida, es que la Iglesia sí.
martes, 24 de abril de 2007
Regresión Publicado por Mujeres
Merx
Etiquetas:
Sociedad
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1 comentarios:
Da mucho en qué pensar esta actitud de la institución eclesiástica que no Iglesia.
Os cuento: iglesia de barrio, llena de jóvenes cada fin de semana con actividades para los mas pequeños(excursiones, manualidades, teatro, juegos)con un párroco entregado al servicio del mas necesitado(ropero, comedor, cáritas) y discute la orden de volver a antiguas ordenanzas como el latín o como el veto a las mujeres en el altar.
Conclusión: traslado forzoso a un pueblo a las afueras.
Qué temían?...o era envidia?
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