domingo, 15 de abril de 2007

De película

En qué momento la gente pierde la cabeza, o como dice una buena amiga mía se le va pinza. Ese es el asunto.

Hoy leía una noticia de cotilleo sobre la relación entre Tom Cruise y Katie Holmes, sobre si están o no juntos y, lo más interesante, sobre las rarezas del protagonista de El último samurai o la interminable Misión Imposible.

Dicen las malas lenguas, o lenguas amigas de la Holmes como dicen ser, que la pobre ya no puede más. Parece ser que el ídolo de adolescentes allá por los años 80 se ha convertido en un maridito más controlador que un padre de la posguerra.

Sí, lo que oyes. El joven seductor que hizo famosas las gafas de aviador, aunque yo personalmente he de reconocer que no le veo “el qué”, es un celoso compulsivo y hace todo lo posible para que su dulce Katie no se deje llevar por las tentaciones mundanas. Dicen que la mantenía en una “jaula de oro” y que incluso había llegado al extremo de “invitar” a su mami y a su hermana a vivir con ellos para que hicieran de bodyguards controladoras..

No sé chica, como siempre las películas de la vida real superan en mucho a cualquier guión de Hollywood. La revista norteamericana ‘Life & Style’ publicaba la noticia del abandono del domicilio familiar por parte de la joven actriz y afirmaba tener confirmada la ruptura: “Katie tenía que separarse de Tom porque vivía como si estuviera dentro de una olla a presión. No ha aguantado más”.

La revista añade que la actriz ya está hasta las narices de tanta cienciología y tanta presión marital. Cruise además de quejarse repetidas veces del carácter de su costilla, un poco soso es cierto, le administraba tranquilizantes en el agua (que sólo podía ser de la marca Evian) evidentemente sin que la afectada se enterara.

A todo este rocambolesco culebrón se añade el veto que el ex de Penélope Cruz y Nicole Kidman está ejerciendo sobre las ofertas laborales que le llegan a la Holmes y ésta ha decidido encontrar consuelo, consejo y apoyo en Victoria Beckham…Sin comentarios, ¿no crees?

En fin. Qué parte será verdad y qué parte leyenda urbana no lo sé. No sé si se trata de una nueva estrategia de marketing a la americana o que, realmente, el actor ha perdido definitivamente el norte y ya es una misión imposible esconderlo.

Merx

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