viernes, 27 de abril de 2007

La familia que a la Iglesia va unida.....

Ahora resulta que si los padres van a la iglesia, los niños se desarrollan mejor. O al menos esa es la conclusión a la que han llegado los sesudos sociólogos de la Universidad de Mississipi tras un estudio realizado a padres y profesores de más de 16.000 niños.


En función de la frecuencia con que los padres van a la iglesia, hablan de religión con sus hijos o discuten por temas religiosos en casa, los niños muestran un determinado autocontrol, comportamiento y cooperación con otros niños.

Las razones que argumenta el sociólogo autor del estudio para estos resultados son tres: las redes religiosas de relación social apoyan a los padres mejorando sus habilidades y haciendo que los niños vean que los mensajes de sus progenitores son reforzados por otros adultos. Además las comunidades religiosas promueven valores de sacrificio y familia que son muy importantes al definir cómo los padres se relacionan con sus hijos y cómo estos desarrollan una respuesta, y por último, el sociólogo cree que las comunidades religiosas aportan al ser padre una significación sacra. ¡ Dios nos pille confesados !

Mira, esto ya es lo último y tiene un olor a secta que a mi no me la dan. Afortunadamente, lo que el sociólogo no ha sabido o no ha querido averiguar o simplemente se guarda para sus adentros, es que el estudio no distingue entre religiones. Menos mal, porque entre tanta acumulación de tonterías sólo falta que nos diga que los niños católicos o evangélicos se portan mejor que los judíos o budistas.

Debería estar prohibido que alguien sea capaz de sacar a luz pública tales conclusiones y aún peor, que se le permita hacer este tipo de estudios. Resulta que si los padres discuten todo el día delante de los niños por cualquier motivo, no pasa nada si luego el domingo se acercan todos a la Iglesia y practican aquello de la familia que va a misa unida, permanece unida.

¡Anda ya!
Marg

1 comentarios:

Anónimo dijo...

hago memoria y recuerdo las terribles discusiones que supuso no ir a la misa dominical con mis padres...y puedo aseguraros que eso no fomentó más el diálogo.
Durante un tiempo, la rutina del domingo imponía acudir a la iglesia pero cuando, ya adolescente, me negué,todo cambió....Aún recuerdo la famosa frase de mi madre: "mal no te va ha hacer"

 

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