lunes, 1 de octubre de 2007

Culebrón a la italiana

Ya lo decía mi abuela. La convivencia es una cosa muy muy mala de llevar. Así que ni las almas puras que han hecho votos de humildad, que siguen al pie de la letra los mandamientos de buenos cristianos, se salvan del riesgo de compartir casa.

En realidad en este caso lo que compartían era un convento en la localidad italiana de Bari. Y no te creas que el tema estaba en que eran muchas para compartir el baño, no. Exactamente quedaban tres y todos sabemos que esos números impares suelen dar problemillas.

Así que el arzobispo dice que les va a cerrar el convento porque se pegan. Lo que oyes. El tema ha saltado a la luz pública con la agresión a la superiora, la hermana Liliana, a la que las otras dos arañaron en la cara y tiraron al suelo porque era muy mandona y ofensiva.

El arzobispo al parecer ha intentado mediar en el conflicto sin éxito. Así que dada “la desaparición evidente de vocación religiosa y de comunidad eclesial”, según sus declaraciones, las echa del convento. Las pegonas ya lo han abandonado y han ido a compartir sus dotes de convivencia en otros conventos de hermanas clarisas, juntas (uy uy).

Pero la jefa, la mandona, argumenta que está en ese convento desde su inauguración y se niega a abandonarlo. Indica, además, que lo que quiere el arzobispo es recuperar el lugar, o sea el inmueble, para dárselo a otra comunidad.

Ya ves, agresión a un mando, pelea de mujeres (no de barro, pero con hábito que también tiene su qué), especulación urbanística por parte de un arzobispo y resistencia a la autoridad al más puro estilo “okupa”.

Lo malo de la historia es que nos quedamos sin saber el final. Yo si me entero te lo cuento. Palabra.

Merx

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