Cuestión de transparencia Publicado por Mujeres

Hoy para escribir me he puesto música de fondo, la banda sonora de El Padrino. Leo con asombro que la patronal italiana de la pequeña y mediana empresa, Confesercenti, ha presentado hoy en Roma su informe anual SOS Empresa, en el que el dato destacado es que la mafia italiana factura cada año unos 90.000 millones de euros que corresponden a algo así como el 7% del producto Interior Bruto del país transalpino. Es decir, el mayor “negocio” privado del país.

Lo más interesante es que el informe detalla al dedillo las diferentes ramas de este gran negocio “familiar” y habla de la usura y el chantaje como sus principales fuentes de negocio, y con las que se facturan alrededor de 40.000 millones de euros. Luego aparecen en el ranking los negocios más conocidos por el público, digo yo que más conocidos porque son a los que estamos acostumbrados por las películas, como el contrabando, que aporta 2.000 millones, o los juegos y apuestas, que contribuyen a la facturación total con 2.500 millones más, pero que, aunque son los más “populares” no representan el pilar básico del negocio familiar.

Y el Informe no se queda aquí. Siguiendo con la detallada descripción de la diversificación del negocio, se añade el robo, que suma 7.000 millones, y el fraude, que representa otros 4.600 millones de ingresos.

Menos mal, que llegados a este punto, el Presidente de la Patronal aprovechó este exhaustivo detalle de los datos para denunciar que unos 160.000 comerciantes están afectados por la extorsión que les obliga a pagar el tributo correspondiente a la Mafia, y que es precisamente la actitud de los empresarios, especialmente los del ámbito de las obras públicas, que prefieren llegar un pacto con la mafia antes que denunciar el chantaje, lo que realmente preocupa al Gobierno y a la Patronal.

Hasta ese momento pensé que el Informe sólo trataba de hacer oficiales los datos económicos y de negocio de la mayor empresa privada y familiar del país. Luego, el Viceministro del Interior, Marco Minniti, allí presente, avanzó nuevas medidas, sobre todo innovaciones legislativas, para combatir la criminalidad organizada, especialmente contra su patrimonio. Y vuelvo a quedarme asombrada, ¿ha dicho especialmente contra su patrimonio?

Sigue sonando El Padrino, con más fuerza. Ahora que pienso, tampoco hay mucha distancia entre los negocios italianos y los españoles. Me refiero a que en eso que ahora llaman “know how” y que toda la vida los finolis han llamado “savoir faire”, se le parece mucho. Aquí en nuestro país hay dos tipos de negocios de esos: los que extorsionan a los empresarios cobrando un tributo anual a cambio de mantener la libertad y la vida; y los empresarios que extorsionan a los funcionarios con un pago anual a cambio de ver cómo estos contribuyen a ampliar sus vías de negocio, especialmente también los de las obras públicas. O sea, el negocio de los terroristas y el de las operaciones malayas de turno, pero sin un nombre tan comercial y tan… de película como el de La Mafia.

Eso sí, hay una gran diferencia entre el gran negocio privado italiano y el gran negocio semi-privado español, y es una cuestión de transparencia, de cuentas claras, y sobre todo de marketing.

Ya llegaremos también a eso.

Marg.

Nariro riro riro riro rirora..... qué buena película....