Se acabó el cachondeo y el escaqueo en las filas del Barça. O eso es lo que pensarán sus integrantes ante el recién diseñado código de conducta que hoy les ha entregado el club. El código culé nace con la excusa de mejorar el comportamiento de sus jugadores y se ha resumido en, digamos, diez folios de nada.
A pesar de que el club insiste en que no es “dictatorial” sino informativo, para que los jugadores no puedan escudarse en el “no sabía” de turno, lo cierto es que el lenguaje utilizado contradice esa versión ya que se apoya en el “prohibido” y en la “obligación de”.
Hay de todo. Desde la prohibición de realizar deportes de riesgo, la pretensión de que en sus días libres no viajen e incluso la obligación de integrarse con la ciudad de Barcelona.
A partir de ahora los jugadores deberán pedir permiso al entrenador o al secretario técnico del club si quieren salir de la ciudad, como quien pide un permiso carcelario vamos. A esto debemos sumar lo que ellos denominan “descansar cuando toca”, es decir nada de salir de copas 48 horas antes de un partido. Para estas noches tan especiales, de recogimiento en el calor del hogar al puro estilo nochebuena, el club ha establecido el toque de queda en las 11 de la noche. Además, tampoco nada de actos publicitarios en periodos de concentración y nunca de publicidad que no “encaje” con la filosofía del club.
Lo que cambian las cosas. Rijkaard dejó en manos de los jugadores la gestión del vestuario cuando llegó al Barça, es decir que como confiaba en la profesionalidad y madurez de sus jugadores les dió la oportunidad de marcar sus propias normas. Pero claro, cuando los resultados salen no pasa nada pero en la última temporada no fue así y aquí están los cambios: gran hermano azulgrana como lo denomina la prensa deportiva.
Aunque desde el club insisten en que el objetivo de este nuevo código no es castigar al que no lo cumpla lo cierto es que cuando lees que quieren que sus jugadores “sepan bien a qué atenderse en el caso de no actuar como modélicos profesionales y estar a la altura del sueldo que perciben” pues suena más a amenaza que a advertencia ¿o no?.
En fin querida, que no me parece del todo mal meterles un poco de disciplina porque está claro que cobran una pasta por correr detrás de una pelota y que si se “cascan” el que pierde la inversión es el club.
Pero, dicho esto, mi pregunta es cómo controlarán el cumplimiento del mismo. ¿Espías? ¿microchips en las bambas de los jugadores? ¿localizador en sus coches? El nuevo Gran Hermano azulgrana…promete.
Merx
1 comentarios:
Qué va ... Todo quedará en nada como siempre, mientras vayan partidos no les dirán nada hagan lo que hagan y si pierden si no han hecho nada malo se lo inventarán.
Cosas del fútbol ...
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