Ya tenemos una más. A las profesiones ya catalogadas como “de riesgo”, ya sabes bomberos, fuerzas de seguridad o incluso árbitros si pensamos a lo grande, debemos añadir hoy una más. Los médicos.
Yo en realidad, si me ciño al punto de vista esgrimido por el colectivo médico, hablaría en general de personal sanitario pero la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM) únicamente se refiere a los datos obtenidos en una encuesta entre más de 160.000 médicos del sistema sanitario público.
Los resultados de la encuesta cifra en un 10% el número de médicos agredidos por un paciente o familiar del mismo, y que tres de cada cuatro han recibido amenazas verbales. Por este motivo los Sindicatos solicitan que estas actitudes violentas sean catalogadas judicialmente como delitos (hasta ahora se tipifican como faltas) y que puedan incluso acarrear penas de cárcel.
Pero no acaba ahí la cosa. También solicitan un registro de los “malos” para poder dictar incluso órdenes de alejamiento. Alucinante.
Podrás pensar que les tengo manía ya que es un tema recurrente últimamente en mis post. Nada más lejos de la realidad, entiendo que su labor profesional es durísima, su formación interminable y que es verdad que en muchas ocasiones tienen que aguantar pacientes impertinentes o incluso agresivos.
Dicho esto lo que yo me planteo es un simple ¿y al revés?, porque en muchas ocasiones el “agredido” es el paciente. Puede ser una agresión verbal por el trato que en muchas ocasiones reciben o incluso una agresión “física” por un mal tratamiento de su dolencia.
Sí, ya sé que me dirás que para eso está el Defensor del Paciente y todos esos organismos que defienden los intereses de los ciudadanos y la buena praxis médica, pero estamos hartos de ver en prensa qué difícil es demostrar un error médico y ya no quiero ni imaginarme qué seria demostrar que el médico te ha tratado como a un trapo.
Lo que está empezando a ser complicado y arriesgado es esto de ser ciudadano de a pié, ¿no crees?.
Merx
Yo en realidad, si me ciño al punto de vista esgrimido por el colectivo médico, hablaría en general de personal sanitario pero la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM) únicamente se refiere a los datos obtenidos en una encuesta entre más de 160.000 médicos del sistema sanitario público.
Los resultados de la encuesta cifra en un 10% el número de médicos agredidos por un paciente o familiar del mismo, y que tres de cada cuatro han recibido amenazas verbales. Por este motivo los Sindicatos solicitan que estas actitudes violentas sean catalogadas judicialmente como delitos (hasta ahora se tipifican como faltas) y que puedan incluso acarrear penas de cárcel.
Pero no acaba ahí la cosa. También solicitan un registro de los “malos” para poder dictar incluso órdenes de alejamiento. Alucinante.
Podrás pensar que les tengo manía ya que es un tema recurrente últimamente en mis post. Nada más lejos de la realidad, entiendo que su labor profesional es durísima, su formación interminable y que es verdad que en muchas ocasiones tienen que aguantar pacientes impertinentes o incluso agresivos.
Dicho esto lo que yo me planteo es un simple ¿y al revés?, porque en muchas ocasiones el “agredido” es el paciente. Puede ser una agresión verbal por el trato que en muchas ocasiones reciben o incluso una agresión “física” por un mal tratamiento de su dolencia.
Sí, ya sé que me dirás que para eso está el Defensor del Paciente y todos esos organismos que defienden los intereses de los ciudadanos y la buena praxis médica, pero estamos hartos de ver en prensa qué difícil es demostrar un error médico y ya no quiero ni imaginarme qué seria demostrar que el médico te ha tratado como a un trapo.
Lo que está empezando a ser complicado y arriesgado es esto de ser ciudadano de a pié, ¿no crees?.
Merx
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