La muerte de Bush Publicado por Mujeres

Resumiría mis años de estudiante en la Universidad de Periodismo con dos frases que las llevo en mi cabeza desde el mismo momento en que las oí. La primera de ellas, salió de una charla que nos dio el ex fundador y director de El Periódico de Cataluña, Antonio Franco, en la que el resumen fue “si un día debo buscar un periodista para la sección de economía de mi periódico, jamás escogeré a un periodista sino a un economista, y lo mismo si es para política, elegiré entre los que hayan estudiado ciencias políticas y no periodismo.”. La segunda, la archivé tras varias clases sobre la manipulación que ejercen los medios de comunicación y sus efectos, pertenece al diplomático y escritor británico Arthur Ponsonby que dijo “cuando se declara un conflicto, una guerra, la primera víctima es la verdad” y “Todo conflicto se libra por lo menos en dos frentes: el de la batalla y el de las mentes de la gente a través de la propaganda”.

Y así es. Aunque hay cientos de ejemplos de manipulación de la información en nuestra historia, por no decir que absolutamente todo está manipulado, para mí quizá uno de los más recientes y peor disimulado es el del 11/S. Un antes que desconocemos totalmente, el punto culminante que tiene lugar el mismo día del atentado, y el después, los efectos colaterales que se han derivado del atentado. Siempre me he preguntado cuánto había de verdad en lo que nos mostró la televisión, cuánto no nos muestran y cuánto de mentira maquillada nos venden.

Tengo la seguridad de que en este caso, como en muchos otros que se han destapado con el tiempo, fuimos absolutamente engañados a través de la manipulación de los medios, principalmente de la televisión.

Con este punto de partida, el cineasta británico Gabriel Range ha hecho lo que nadie se había atrevido hasta ahora: poner fecha, 19 de Octubre de 2007, al magnicidio del presidente de la nación más poderosa del mundo, George W. Bush, en formato de falso documental, Muerte de un presidente, que juega con la mente del espectador hasta el punto de convencerle de que aquello realmente sucedió.

Detrás del filme, que se estrena el próximo miércoles, subyace la crítica demoledora a la estrategia de exportar libertad a golpe de bombardeos o detener alegremente a cualquier ciudadano por el hecho de ser árabe.

Su película, que a modo de intenso thriller describe la investigación policial del asesinato, sirve además de demostración de la manipulación mediática. El director advierte que "Cuando leemos un periódico somos conscientes de que es la interpretación del periodista, pero olvidamos que la televisión también puede mentir. Lo impactante de esta película es que la distorsión se consigue por la edición y no tanto los efectos especiales".

El rodaje de Muerte de un presidente, construido con entrevistas a falsos agentes del FBI, personal de seguridad e incluso familiares de los acusados, rozó la clandestinidad para evitar la censura previa. "Fuimos muy discretos. Sólo decíamos que estábamos rodando una pequeña producción británica, por sus siglas en inglés, D.O.A.P., que podría ser Donkeys on a plane", bromea. "Y después de ver las reacciones que ha provocado, creo que habría sido imposible hacerlo si hubiéramos dicho de qué se trataba".

Las airadas críticas por parte de los sectores conservadores de Estados Unidos no se han hecho esperar: la Casa Blanca no quiere opinar "para no dignificar la película", algunas distribuidoras se han negado a proyectarla e incluso Hillary Clinton ha mostrado su horror, a pesar de que no se ve una gota de sangre ni se recrea en la muerte del presidente.

Según explica Range, "mientras hacíamos la película, la gente pensaba que estábamos cruzando la línea de la decencia y el buen gusto, que era como celebrar ese asesinato. Pero no se trataba de eso, sino de por qué hacerlo y cómo hacerlo, con un trasfondo emocional".

Quizá por deformación o por nostalgia de mis años de estudiante de periodismo, éste es un tema que me atrae poderosamente. Yo como Range, también creo en la versión de que el 11S fue utilizado por la Administración Bush, aprovechando el clima de miedo generado por los atentados, para preparar la guerra de Irak y dar continuidad a su campaña contra los países que forman su llamado Eje del mal. El problema es que todo se les ha ido de las manos.

Sin duda alguna, “Muerte de un Presidente” será polémica, atrevida y sobre todo muy incómoda.

Marg