¿Te acuerdas de Borat? Fue la polémica película, protagonizada por un ficticio periodista de Kazajstán, racista, misógino, grosero y maleducado, a quien su Gobierno envía a EEUU para conocer la cultura y el modo de vida americano y extraer, mediante entrevistas a los líderes de opinión, las claves de su éxito como nación para implantarlas después en su país.
La película, a medio camino entre el documental y la comedia, narraba las esperpénticas aventuras de este excéntrico periodista, protagonizado por el cómico británico Sacha Baron Cohen, una de las cien personalidades más influyentes del Reino Unido, ridiculizando a la República de Kazajstán y a su habitantes, que eran mostrados como racistas, salvajes, antisemitas, misóginos e incestuosos.
Poco después de su estreno mundial, Borat provocó la ira de los dirigentes kazajos, que amenazaron con demandar al actor británico y guionista de la película por la imagen que daba de su país, aunque finalmente, y por raro que pueda parecer, decidieron no denunciarlo.
Pues mira tú lo que son las cosas. Resulta que tras la polémica generada con el estreno, ahora el ministro de Turismo de Kazajstán, no sólo ha admitido que Borat ha fomentado considerablemente el turismo en la república centroasiática sino que cree que “incluso la información negativa ha sido beneficiosa para la imagen del país.” Asegurando además que su ministerio recibió el año pasado a periodistas de 18 países interesados en comprobar si lo que se mostraba en la película correspondía a la realidad, aunque no concreta cuál de las barbaridades estaban interesados en conocer.
No digo yo que al ver la película y oír en repetidas ocasiones el nombre de Kazajstán, te de por echarle un vistazo al mapa y se te ocurra que pudiera ser un lugar donde gastarte los ahorrillos de las vacaciones. Pero de ahí a asegurar que gracias a Borat el número de turistas que quieren pasar sus vacaciones en Kazajstán crece año tras año, y que en los primeros nueve meses del 2007 el número de turistas aumentó un 31,5 por ciento, y superó los 3,9 millones de personas, me parece a mí que a los kazajos estos se les ha ido un poco la olla.
Borat es la imagen del esperpento y queda como un auténtico fantoche, pero yo creía que con su descarado comportamiento, lo que hacía era ridiculizar y sacar a flote los prejuicios de la cultura americana, reflejando su patriotismo desmesurado, su fanatismo religioso y su hipocresía social.
Pero bueno, parece ser que por fin alguien le ve el sentido a aquello de “que hablen de mi aunque sea mal”, como en este caso. Y en algo hemos avanzado, en vez de poner al actor en busca y captura, tipo Salman Rushdie, pues se utiliza como reclamo del turismo nacional, aunque se erija como fiel defensor de las costumbres machistas, racistas, salvajes, antisemitas, misóginas e incestuosas que se dan por esos lares.
Pués vale.
Marg
domingo, 9 de diciembre de 2007
Que hablen de mi aunque sea mal Publicado por Mujeres
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1 comentarios:
No conozco ni la pelicula, ni el actor (ignorante que es una, o que llevo unos cuantos años un poco fuer del mundo) Creo que tanto los americanos como kazajos (se escribe asi)estan encantados de haberse conocido. Ylo que a nosotros nos puede parecer mal ellos lo consideran bueno, o supongo que no lo ven un defecto lo ven como una ventaja y si sirve para atraer turismo mejor que mejor.Aunque no me imagino visitando un país solo por esas << malas >> caracteristicas, más bien al reves no lo visitaria cuando existe tanto en el mundo por visitar. Saludos
anamorgana
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