Deformación profesional Publicado por Mujeres

Eso que dicen en llamar deformación profesional es, en ocasiones, muy peligroso.

Desde el tener a un psicólogo en la familia al que no sabes cómo decirle que estás de bajón, no sea que te tumbe en el sofá y empiece a analizar tu infancia, pasando por el amigo policía al que temes contarle tu última aventura para que no investigue hasta el nombre de su perro, hasta el conductor de fórmula 1 que nunca dejará de serlo.

De eso va hoy la historia. Publica la prensa que Michael Schumacher no pudo evitar el subidón de adrenalina al ver que el taxi que le llevaba al aeropuerto iba a hacerle perder el vuelo. Así que, ni corto ni perezoso, decidió ponerse al volante para llegar raudo y veloz.

Lo cierto es que tiene su gracia. Imagina la cara del taxista cuando recoge a una familia para llevarla al aeropuerto y ve, oh dios mio, que lleva al séptuple campeón de Fórmula1 en su humilde vehículo.

De entrada eso ya debe acojonar un rato, porque debes pensar qué patata me voy a sentir al lado de tremendo piloto. Pero el punto culminante se produce cuando Schumi te dice eso de “échate p’alla” y se pone a los mandos de tu coche porque chico, tú vas muy lento.

En fin. Que el propietario del taxi vivió la mejor carrera de su vida. Además del propinón que le soltó el alemán recibió un curso práctico de conducción “hacía adelantamientos increíbles y rodó a toda velocidad en las curvas”, afirmaba exultante el taxista, así que podríamos decir que su regalo Papá Noel se adelantó unos días.

Ya ves querida, la ilusión de la navidad está en el ambiente. Mañana saldré a la calle con la ilusión de a ver a quién me encuentro yo en el metro. Me voy a pedir…

Merx