A mi, si he de serte sincera, siempre me han provocado arcadas lo de los concursos de belleza. Y no es, como podrás pensar, por esas cosas de los derechos de la mujer, el no utilizarnos como objetos y machacar el mito de “guapa pero tonta” que tanto daño ha hecho por ahí. Podría ser, pero no es.
Yo lo asocio con esas cosas que dan por la televisión que despiden un cierto tufo a naftalina, a antiguo, a rancio. Para mi claro está, porque seguro que audiencia tienen un rato y patrocinadores también.
El jurado es del todo espeluznante. Se sientan a una mesa alargada personajes variopintos, de los que siempre tengo dudas sobre cuáles serán sus aptitudes para sentarse a “valorar”. Además, en los últimos años el certamen de Miss España en nuestro país ha estado vinculado a redes digamos “sospechosas”, en las que se compraban los títulos como quien se compra un jersey.
Y las candidatas, a las que ves tan nerviosas por conseguir lo que les han dicho “es la oportunidad de tu vida” que me resulta admirable que puedan caminar. Y aún más con la soltura que lo hacen.
En fin, que quizás por mi aversión por estos certámenes hoy me he reido un montón con la noticia de la ganadora de Miss Bélgica. Pobre, después me ha dado pena la niña, pero de entrada me moría de la risa.
Yo lo asocio con esas cosas que dan por la televisión que despiden un cierto tufo a naftalina, a antiguo, a rancio. Para mi claro está, porque seguro que audiencia tienen un rato y patrocinadores también.
El jurado es del todo espeluznante. Se sientan a una mesa alargada personajes variopintos, de los que siempre tengo dudas sobre cuáles serán sus aptitudes para sentarse a “valorar”. Además, en los últimos años el certamen de Miss España en nuestro país ha estado vinculado a redes digamos “sospechosas”, en las que se compraban los títulos como quien se compra un jersey.
Y las candidatas, a las que ves tan nerviosas por conseguir lo que les han dicho “es la oportunidad de tu vida” que me resulta admirable que puedan caminar. Y aún más con la soltura que lo hacen.
En fin, que quizás por mi aversión por estos certámenes hoy me he reido un montón con la noticia de la ganadora de Miss Bélgica. Pobre, después me ha dado pena la niña, pero de entrada me moría de la risa.
El caso es que en esa ronda de preguntas, ciertamente estúpidas, que les hacen a las candidatas la que luego sería elegida Miss de su país no sabía responder. No porque no se supiera las preguntas, no, simplemente que no dominaba la lengua que hablan muchos de sus conciudadanos, el flamenco, y solicitó se las repitieran en francés.
Bélgica cuenta con dos lenguas más o menos oficiales que representan, además, las tensiones políticas que se viven en el país entre francófonos y flamencos, por lo que los problemas de la chica con el idioma generaron un gran abucheo entre los asistentes.
Pero como el objetivo del concurso no era otro que la belleza, la joven de 20 años se proclamó igualmente ganadora. Aunque la verdad es que ya puede ponerse a estudiar para poder llevar la corona por todo el país.
Digo yo que podrían haberle ahorrado el mal trago ¿no?. No necesitan convencernos de que buscan algo más que la belleza.
Merx
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