jueves, 15 de febrero de 2007

Princesas


Este año asisto asombrada a un nuevo carnaval. Digo asombrada porque, por primera vez, mi hija no quiere disfrazarse de princesa. No creo que el motivo sea como cantaba Sabina que “las niñas ya no quieren ser princesas”.

El motivo supongo que es que se hace mayor y lo de los cuentos de hadas y príncipes encantadores empiezan a hacerle arrugar la nariz. Días atrás el actor Héctor Alteiro afirmaba en una entrevista que él prefería los papeles de malo porque “el malo perdura en el recuerdo”. No sé si a su corta edad mi hija habrá llegado a la misma conclusión que este casi octogenario, pero lo cierto es que este año ha decidido disfrazarse de bruja.

¿Qué te parece la transformación? No sé si debo preocuparme por ese cambio tan brusco al lado oscuro o simplemente quedarme con la teoría de que se hace mayor y empieza a entrenarse en obtener las dosis necesarias de maldad para sobrevivir o “perdurar” en este mundo..Ella, no obstante, afirma con plena convicción que su disfraz es de bruja “pero de bruja buena mamá”.

Es cierto que cada vez nacen más listos estos niños.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

A los 13 años el tema se complica. La duda está entre el disfraz de colegiala traviesa, el de alocada teenager de los 60´s o el de geisha.

Anónimo dijo...

Creo que no hay por qué preocuparse. Llegan a un momento en la vida que prefieren ser más brujas que princesas. Mientras que piensen en las buenas..............

 

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