sábado, 24 de febrero de 2007

A pecho descubierto


¿Por qué le ha dado a todo el mundo por desnudarse para demostrarnos que no tiene nada que esconder? O yo tengo algún problema de percepción de la realidad o lo que se lleva ahora es mostrar la carne como respuesta a la demanda de transparencia que necesita el pueblo.

El otro día os hablaba de la nueva tendencia de actuar desnudo en el teatro y hoy me encuentro la misma corriente en la política. ¿Tendrán algo en común ambas facetas de la interpretación?

El año pasado Albert Rivera, cuerpo visible de Ciutadans de Cataluña, nos sorprendía a todos con su campaña “Sólo nos importan las personas” en la que argumentaba que no le importaba la ropa que vistieras, ni la lengua que hablaras porque sólo le importabas tú.

Digamos que a Rivera le salió bien el tema de la notoriedad porque el concepto de campaña fue, hablando objetivamente, totalmente novedoso y reaccionario y, hablando subjetivamente, no pasó inadvertido dado que el chaval no es que tenga el cuerpo del novio de la Obregón, pero tampoco es para hacerle ascos.

Quizá por esto, y puesto que se avecinan las municipales de Madrid, ahí va Juan Barranco, candidato a la Alcaldía de Fuenlabrada, con el copia y pega, haciéndose independiente, porque aunque es pediatra le tira lo de la política a su gusto, y enseñándole a sus conciudadanos el cuerpo flamenco que Dios le ha dado. Como ya está todo inventado y para qué crear cosas nuevas, además de imitar a Rivera en lo de deshacerse de los trapitos, le copia el slogan a Esquerra Republicana con su mensaje “con las manos limpias. Ahora sí”. Pero los entresijos que encierran los mensajes electorales son harina de otro costal que dejaré para más adelante.

Lo que yo quiero es romper una lanza a favor de la creatividad y pedirle a la gente como Barranco que se vista. Que hay muchas formas de decirnos que no esconde nada y que la mejor no es precisamente irritárnos con el sufrido espectáculo de ver sus pectorales en una gran valla publicitaria.

Y si lo que se lleva es el desnudo, entonces que nos muestren el integral de algún desconocido de gimnasio que por lo menos nos alegre la vista y los sentidos.

Lo mejor de Barranco, que está encantado con su campaña, es que pretendía desnudarse entero con un globo (¿un globo?) que le tapara los genitales, pero la agencia de publicidad no le dejó.

¡Gracias publicistas de tan osadas y originales campañas electorales por pensar en cómo evitar la angustia vital de las españolas como yo!.

Marg

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