Ayer hablaba con un amigo y me sugería diversificar nuestro negocio dedicándonos a dar ponencias. Y es que para el que haya hecho algo en su vida, que son muchos, y además haya conseguido salir en los medios durante una semana seguida, que no son tantos, el negocio de las ponencias se ha convertido en una importante fuente de ingresos.
Sin entrar en si las ponencias en sí son interesantes o no, lo cierto es que hay muchas empresas e instituciones que las compran. Y aunque todas rondan en torno al mensaje de trabajo en equipo, cómo superar situaciones de crisis, como ser feliz y no morir en el intento, etc.… las empresas o instituciones de nuestro país pagan encantadas, a desorbitados precios, los servicios de tal o cual ponente para instruir a sus empleados, directivos o socios en el difícil arte de ser más eficientes.
Así, deportistas, políticos, escritores, artistas o incluso pasajeros de avión viven cómodamente y exclusivamente de los ingresos que consiguen gracias a las presentaciones eficaces en power point que alguien cercano a ellos y ducho en temas de marketing se ha prestado a realizarles.
Tras mi reflexión de ayer sobre el apasionante mundo de las ponencias, hoy, todavía receptiva al tema, me sorprende en la prensa el titular “El político David Duke realizará dos ponencias en España… y se llevarán a cabo en céntricos hoteles de Madrid y Valencia.
Claro que poco tiene que ver este ponente con los de nuestra conversación de ayer. ¡¡¡Y es que a cualquier cosa le llaman ponencia!!!. Investigando ligeramente sobre el personaje en cuestión, resulta que el tal David Duke es uno de los políticos más polémicos de la historia reciente de EE UU, también conocido como Mr. White, ni más ni menos que el ex líder del grupo racista Ku Klux Klan y cuyo credo es la supremacía de la raza blanca.
Para horror de muchos y recocijo de otros, el tal Duke tiene ya concertadas un par de conferencias en Madrid y Valencia, organizadas por el Centro de Estudios Nacional-Demócratas, el partido de extrema derecha Democracia Nacional y Alianza nacional. La charla que tiene el sugerente título 'De la sociedad multirracial a la multirracista', coincidirá con la víspera del explosivo día del 20-N, hecho que tiene preocupados a los cuerpos de seguridad, sobretodo tras el asesinato de un menor el pasado fin de semana en Madrid a manos de un neonazi, militar de profesión.
Total que con la que está cayendo, la semana que viene se prevé movidita y el tal Mr. White no va hacer más que añadir una chispa al cóctel explosivo que se está cociendo entre grupos radicales de extrema izquierda y derecha. Algunas webs de la izquierda antisistema ya están lanzando consignas para boicotear este acto, mientras que los organizadores mantienen el lugar en secreto hasta finales de semana según ellos para “evitar las manifestaciones contrarias de indeseables”.
Vamos que salvando las distancias con los otros ponentes, que lo único que pretenden es equiparar una vivencia de su biografía a la jungla que se vive en cualquier compañía del tejido empresarial de nuestro país, yo me pregunto quién pone orden a la ola de ponentes de esta calaña que, cada vez con más frecuencia, tienen un foro en España.
Al igual que se prohíben algunas manifestaciones radicales, ¿no deberían prohibirse también algunas conferencias que, como la del tipo este, lo único que van a conseguir es más violencia en nuestro país?
Claro que ha estado bien lo de llamarle ponencia a la apología del nazismo que largue el tipo este en los céntricos hoteles de nuestro país.
Yo no entiendo nada.
Marg
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