Los periodistas tienen la obligación de evitar que alguien escriba la historia que no fue. Esas han sido las palabras con las que Iñaqui Gabilondo se dirigía a los asistentes al Foro de la Nueva Sociedad.
Ya me había olvidado yo de esas palabras. Cuando empezábamos la carrera, unos ilusionados estudiantes de periodismo que soñábamos con misiones en países en guerra o con investigaciones al puro estilo Watergate, escuchábamos embelesados esa máxima del periodismo.
Quizás, porque lo había olvidado, me ha llamado tanto la atención la reseña de la intervención de Gabilondo. Una intervención en la que el periodista atacaba a medios de nuestro país por publicar noticias incendiarias, sin ningún nexo de unión con la realidad, en los difíciles días posteriores al 11-M. Concretamente su reflexión se centraba en el papel desempeñado por el diario El Mundo y la cadena Cope en torno al 11-M. Gabilondo afirmaba “ambos medios han desarrollado un trabajo socialmente muy negativo y peligroso, han utilizado un lenguaje incendiario para justificar la teoría de la conspiración y han producido un daño extraordinario a la sociedad”.
Es cierto que en muchas ocasiones, últimamente en demasiadas, los profesionales de la “palabra” hacen un uso indebido de la misma. No son conscientes, o a lo peor sí lo son con lo que su actuación es aún más grave, que mucha gente en nuestro país sigue creyendo en la veracidad de la información que se publica o se emite. Ese “ha salido en los papeles” que decía mi abuelo y que daba lugar a una creencia firme en lo publicado.
Quizás en la época de mi abuelo así fuera pero ahora no. Yo os invito a mantener vuestro propio criterio al leer, ver o escuchar una información; contrastarla, como hacen los buenos informadores, y sacar vuestra propia conclusión.
Porque, es mi humilde opinión, vivimos en la época de la guerra de las palabras. Una época en que no sabes con certeza qué es información y qué propaganda. No hay más que ver la guerra lingüística que, con motivo de la celebración en la Real Academia de la presentación de los nuevos dominios multilingües en Internet, mantuvieron Juan Luis Cebrian y José Luis Rodríguez Zapatero.
El primero le espetó al Presidente, con tono de colegueo claro está, que “ no hace falta asesinar la ortografía para ganar unas elecciones” en clara referencia al uso de la Z que hacen sus asesores hasta en la zopa. Pero Zapatero no se quedó atrás y recogiendo el guante de este curioso duelo lingüístico respondía al Consejero Delegado del Grupo Prisa “prefiero jugar con las palabras que golpear con ellas”.
Ahí esta el tema. Unos golpean con ellas, a diestro y siniestro, y otros solo juegan con ellas para confundirnos.
En fin. Espero que los “profesionales” que corren por los diarios, televisiones y radios de este país hayan sentido el mismo “déjà vu” que he sentido yo al leer estas informaciones y dejen de contar historias que no fueron.
Merx
5 comentarios:
Gabilondo quizá no es el más apropiado para pronunciar ese frase. Es también uno de los que usa las palabras y su condición de hombre público para confundirnos.
Que quiero yo mandaros un correo y no encuentro la dirección por ningún lado, una que es así de lista....
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En un diario fundado en Lima en 1839...
una placa, dice lo siguiente...
"El periodismo puede ser
la mejor de las profesiones
o el más vil de los oficios”
Luis Miró Quesada de la Guerra.
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Stones, nuestro email es
masmujeres07@yahoo.es
besos
Ok, os he enviado un correillo, ya me direis si os ha llegado
Un saludo
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