Supongo que, en más de una ocasión, habrás tenido ganas de tener la facultad para borrar horas, días o incluso semanas de tu vida.
No me refiero a momentos trágicos o dolorosos, que debe ser aún más justificado, sino simplemente a malos ratos que preferirías olvidar. Pues yo he tenido una de esas semanas para olvidar.
Empecé con una gripe de esas que llegan sin avisar, que te reducen a una masa informe de mocos y ojos llorosos. Siguió el maravilloso mundo de Internet, que en ocasiones pasa de real a imaginario porque desaparece y te desconectas de todo y de todos. Y, para terminar esta semana tan gloriosa, una de malos rollos laborales que acaban con cualquier ánimo de “yo p’alante” que le quisieras echar.
Hoy, por fin, puedo hablar sin llorar ni moquear, tengo internet y he decidido que los malos rollos del trabajo no merecen ni un solo segundo de mi tiempo que, todo hay que decirlo, no es mucho. Pero chica, me he quedado exhausta hasta de pensamientos y no sé qué contarte.
Muchas veces hemos hablado de lo guay que sería eso de tener poderes, superpoderes al estilo de los magos de verdad y de los superhéroes. No vayas a pensar que hay algo de altruista en este deseo, estaría bien ya lo sé pero no pensaba yo en los demás en este momento, sólo cosillas para hacer la vida más divertida y evitarte estos malos momentos.
Por ejemplo, me encantaría ser capaz de paralizar una escena como en la serie Embrujadas. Eso de chasquear los dedos y, plas, todos quieto paraos menos tú. Tendría tiempo para pensar qué decir, contar hasta mil si hiciera falta o incluso largarme sin que se enteraran.
También me pido, en esta lista de poderes imaginarios, eso de “teletransportarte”. No sé si lo digo bien pero me refiero a poder cerrar los ojos cuando estoy hasta las narices del pesado de turno y aparecer tumbada en una playa del caribe. Así, tal cual, sin jetlag ni tasas ni colas en el aeropuerto.
Uf, la verdad es que se me ocurren muchísimos más pero, por escoger, mi tercer poder ansiado sería el de retroceder en el tiempo y deshacer algo que hice mal o que simplemente no hice y de lo que me arrepiento. Imagina, cambiar así el curso de tu historia…
En fin querida, que creo que la fiebre aún me dura porque no veas que sarta de estupideces he soltado en un momento. Aunque, no me engañes, seguro que tú también querrías un superpoder..
Merx
No me refiero a momentos trágicos o dolorosos, que debe ser aún más justificado, sino simplemente a malos ratos que preferirías olvidar. Pues yo he tenido una de esas semanas para olvidar.
Empecé con una gripe de esas que llegan sin avisar, que te reducen a una masa informe de mocos y ojos llorosos. Siguió el maravilloso mundo de Internet, que en ocasiones pasa de real a imaginario porque desaparece y te desconectas de todo y de todos. Y, para terminar esta semana tan gloriosa, una de malos rollos laborales que acaban con cualquier ánimo de “yo p’alante” que le quisieras echar.
Hoy, por fin, puedo hablar sin llorar ni moquear, tengo internet y he decidido que los malos rollos del trabajo no merecen ni un solo segundo de mi tiempo que, todo hay que decirlo, no es mucho. Pero chica, me he quedado exhausta hasta de pensamientos y no sé qué contarte.
Muchas veces hemos hablado de lo guay que sería eso de tener poderes, superpoderes al estilo de los magos de verdad y de los superhéroes. No vayas a pensar que hay algo de altruista en este deseo, estaría bien ya lo sé pero no pensaba yo en los demás en este momento, sólo cosillas para hacer la vida más divertida y evitarte estos malos momentos.
Por ejemplo, me encantaría ser capaz de paralizar una escena como en la serie Embrujadas. Eso de chasquear los dedos y, plas, todos quieto paraos menos tú. Tendría tiempo para pensar qué decir, contar hasta mil si hiciera falta o incluso largarme sin que se enteraran.
También me pido, en esta lista de poderes imaginarios, eso de “teletransportarte”. No sé si lo digo bien pero me refiero a poder cerrar los ojos cuando estoy hasta las narices del pesado de turno y aparecer tumbada en una playa del caribe. Así, tal cual, sin jetlag ni tasas ni colas en el aeropuerto.
Uf, la verdad es que se me ocurren muchísimos más pero, por escoger, mi tercer poder ansiado sería el de retroceder en el tiempo y deshacer algo que hice mal o que simplemente no hice y de lo que me arrepiento. Imagina, cambiar así el curso de tu historia…
En fin querida, que creo que la fiebre aún me dura porque no veas que sarta de estupideces he soltado en un momento. Aunque, no me engañes, seguro que tú también querrías un superpoder..
Merx
1 comentarios:
Merx yo a veces me río con mi compañera y cuando hay reuniones en el despacho del sheriff alguna de las dos siempre dice: "que pena no ser florero..." Si consigues tener superpoderes, dime el truco corriendo
Besos y cura esa gripe (por cierto es jodida jodida ehhh)
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