martes, 29 de enero de 2008

Culebrón a la gallega


A pesar de que me he vuelto al lado “este” del mapa, sigo con añoranza lo que ocurre en el lado “oeste”, en esa terruña que sigo considerando parte de mi historia.

Hoy leía con asombro la última trama sobre “inmuebles” a lo grande que se cuece en Galicia. No me refiero a tramas del ladrillo, que también hay muchas, si no a cosas y casas más a lo grande.

La noticia del verano fue el intento de recuperar el Pazo de Franco, en pleno veraneo de sus herederos. Eso ahora ya no es noticia, no sé si porque el conflicto estará resuelto o porque los herederos del dictador han puesto en marcha toda su artillería legal y económica para evitar quedarse sin su casita para el verano dejando el conflicto vagando por los despachos.

En esta ocasión el tema es otro que, como el buen marisco o la lluvia, son puramente gallegos, aunque me de rabia decirlo. Me refiero al narcotráfico y a su más claro exponente de los últimos años Laureano Oubiña.

El narcotraficante, actualmente en prisión, tiene pendiente una multa millonaria de 60 millones por su implicación en una red desarticulada, tras la incautación de un alijo de hachís de doce toneladas y media, y el Gobierno había decidido proceder a subastar el Pazo de Baión para cobrarse así la deuda.

Para proceder a esta subasta, de la que hoy se hacían públicas las propuestas de cuatro empresas interesadas, se acogían al procedimiento establecido por el Plan Nacional sobre drogas, argumentando que el mismo fue adquirido con el dinero obtenido del narcotráfico.

Lo cierto es que debe ser difícil adivinar qué compró Oubiña con el dinero del narcotráfico y qué no, qué cosas merece la pena embargar y cuáles no, pero las dos hijas del narcotraficante reclaman hoy el pazo en calidad de herederas.

En 2005 presentaron un recurso en el Tribunal Europeo de los Derechos Humanos, y eso ha impedido la adjudicación de la propiedad a una de las cuatro interesadas: Freixenet, Izagui y las bodegas gallegas Condes de Albarei y Martin Codax (por cierto, albariños buenísimos) ya que el pazo cuenta con grandes viñedos dedicados a la producción de albariño .

En fin que, como en el caso del Pazo de Meiras (el de Franco), todo es un poco anecdótico. Me pregunto si las “herederas” lo son del pazo pero no de la deuda de los 60 millones, y si ese arrebato de acudir al Tribunal Europeo de los derechos Humanos es una demostración de amor a la herencia paterna o un morro alucinante ya que la cuestión es que lo heredes, da igual cómo haya pasado a formar parte del patrimonio de la familia.

No sé querida, pero yo sólo soy una humilde mortal que, como mucho, en herencia dejará la hipoteca de la casa. Pagada no con el narcotráfico, porque no sirvo pa eso yo qué mala suerte, si no con un montón de madrugones.

Quizás mis herederos podrán acudir también al Tribunal y reclamar lo que es suyo y no del banco. Quizás.

Merx

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Es triste que las noticias las interprete una individua como esta a su manera.
Parece que no tienes mucha idea de que va el cuento cielo, porque estas chicas no reclaman herencia de su padre, sino la de su madre, que se murió sin ser juzgada, y que nunca fue condenada por nada, aunque personas como tú os pese.
Infórmate un poquito antes de hablar, y tus madrugones son como los madrugones que se tiene que meter todo el mundo, y seguro que esas chicas también se los meten , pero eso no implica que no tengan derecho a reclamar lo que era de su madre. Ignorante.

 

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