Empresas valiosas, que no mejores Publicado por Mujeres

Dice el Informe de la consultora Interbrand, que cada dos años analiza el valor de las marcas, que Movistar es la marca española más valiosa, con una logotipo que tiene un valor aproximado de 12.236 millones de euros, seguida del Santander (9.362 millones) y BBVA (7.736 millones) y Telefónica (86.185 millones), que aunque parezca lo mismo, a efectos del ranking cuenta aparte.

A lo mejor es porque estoy indignada con Movistar o quizá tengo un mal día, pero la noticia me ha subido las revoluciones y me he pasado media hora, yo sola, despotricando contra telefónica, hasta que con la sangre hirviendo me he puesto a escribir.

El informe de Interbrand analiza las marcas a través de tres variables: la fortaleza financiera, la importancia en las decisiones de compra del consumidor y la probabilidad de ingresos provenientes de la marca.

Claro, teniendo en cuenta esas variables no es de extrañar que Movistar o Telefónica se encuentren liderando el ranking. Parece obvio que, habiendo sido monopolio hasta hace relativamente poco y ante las limitaciones que todavía tiene la competencia, sean fuertes financieramente hablando y que los consumidores la tengan presente en su decisión de compra porque si no en muchas ocasiones no podrían hablar por teléfono, y si se da todo eso y la marca es fuerte, también es lógico que esa marca pueda generar importantes ingresos.

Dicen que en el caso de Movistar la nueva imagen desarrollada por el grupo, con un fuerte enfoque "en el carácter abierto y accesible", la ha situado como marca líder en el mercado español, a la vez que le ha servido para consolidar su posición en Latinoamérica.

Lo que nadie cuenta es que parte del éxito de Telefónica o de Movistar, que tanto monta, se centra en que sus clientes son mayoritariamente fieles, pero no porque estén contentos con la compañía, que en muchos casos no lo están y no pueden quejarse porque nadie les atiende, sino porque hasta hace poco si querías irte era misión imposible, y ahora, con los 15 días que exige la ley, sólo debes armarte de valor y atravesar el laberinto hacia la salida.

Hoy no voy a aburrirte con los detalles de mi litigio con esta empresa, pero me parece alucinante que en las variables que analizan el valor de la marca, no se encuentre la satisfacción o la valoración que de ella hacen sus clientes. Igual soy una romántica, pero siempre he creído a pies juntillas aquello de que los clientes son el auténtico valor de una compañía; vamos que si no hay clientes no hay nada. A lo mejor es que lo que realmente soy es una ingenua.

Da igual, el caso es que sea yo romántica, ingenua o cliente vapuleado, me he armado con coraza y espada y me dispongo a dejar atrás a esta maravillosa marca que lidera el ranking de empresas más valiosas, que no mejores.

Marg