Esta sí que es buena!. La Cámara de Comercio, en uno de sus estudios realizados, ha llegado a la conclusión de que el abandono o la no incorporación al mundo laboral de mujeres cualificadas cuestan a la economía catalana cerca de mil millones de euros anuales, ni más ni menos que el 0,5% del PIB de Cataluña.
Según el estudio de la Cámara, “El impacto económico de la pérdida de talento femenino”, la creciente diferencia entre la cifra de hombres y mujeres inactivos con formación superior se puede considerar indicativa del grado de abandono prematura del mercado laboral por parte de las mujeres, principalmente debido a los problemas con la famosa conciliación de la vida laboral y familiar.
Si se tiene en cuenta que el 60% de los estudiantes que finalizan los estudios superiores son mujeres, los datos podrían sorprendernos, pero si nos atenemos a que el salario medio anual de una directiva o profesional con estudios universitarios es de 30.012 euros, mientras que, en las mismas condiciones, un señor directivo cobra de media 61.624 euros brutos, las cifras más que sorprendernos, ponen de bastante mala leche, más si pensamos que según la estadística muchos de esos hombres ni siquiera han finalizado los estudios.
Lo realmente impactante es que a estas alturas de la película, en que muchas mujeres dejan de trabajar porque con el patético sueldo sale más a cuenta quedarse en casa cuidando de los churumbeles, que gastar en canguros, guarderías, extraescolares, desplazamientos, comidas, desayunos y otros gastos derivados del trabajo, se sorprendan empresarios y políticos de los visos que está tomando el tema.
Claro que la verdadera fuente de inspiración que hará que unos y otros tomen medidas es una vez más Don Dinero, y más si hablamos de mil millones de euros impactando de lleno en el estómago de la economía catalana.
Si el informe de marras y el debate despertado sirven para que se nos reconozca el trabajo, se nos igualen las condiciones salariales y se equilibre la balanza del talento, pues bueno será, aunque yo, como Santo Tomás, sigo desconfiando de la permanente hipocresía de empresarios y políticos.
Es una pena que sólo Don Dinero tenga suficiente voz para alzarla.
Marg
4 comentarios:
Yo cuando acabé la carrera y empecé a trabajar enseguida también estaba super ilusionada, pero con los años (y eso que aún no llevo muchos) voy perdiendo la ilusión a pasos agigantadaso y a mí tampoco me importaría que me retiraran.
Para mí es o eso, o no tener nunca niños, porque ahora sólo tenemos una perrita y ya nos las vemos y nos las deseamos para mantenerla y cuidarla.
Yo me llegué a creer que trabajando llegaría a ser una mujer independiente, jajajaja.
Todo lo contrario ahora dependo de mi marido y de mi jefe!
Lo malo de estas cosas, es que le acabas dedicando más tiempo al curro, o sea a tu jefe, que a tu marido. Aunque cada vez hay más gente que se toma en serio lo de currar para vivir y no vivir para currar.
Y vaya jefe jejejejejeje
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