La polémica por el nudismo siempre ha sido eso, una polémica. Siempre los dos bandos enfrentados y sin posibilidad de llegar a un acuerdo que satisfaga a ambas partes.
Hasta hace unos años el nudismo estaba penalizado como un delito. Si alguien era sorprendido tumbado al sol como dios le trajo al mundo lo más probable era que acabara en comisaria.
Después aparecieron las playas nudistas. Una nueva discusión para decidir qué playa se dejaba a los “en cueros” y cuáles se mantenían castas y puras. Discusiones que aún hoy están a la orden del día en muchos pueblos de la costa española.
Pero claro las cosas cambian, o deberían, y en este tema hoy asistimos a una nueva “vuelta de tuerca”. Si hace unos días los ciclistas salían a las calles de algunas ciudades españolas con casco pero sin ropa, para reivindicar su “desnudez y desprotección” ante el tráfico, ahora los nudistas han visto una posibilidad de empezar a cambiar las cosas y se han puesto en pie de guerra.
Las catorce asociaciones que componen la Federación Española de Naturismo han lanzado hoy el “día sin bañadores”, una convocatoria a todas las personas que lo deseen a ir a las playas de toda España desnudas. Con este llamamiento reivindican que “el nudismo se entienda como una costumbre natural y no como un hábito que sólo se practica en los guetos”.
La FEN ha aprovechado la ocasión además para denunciar que a pesar de la despenalización de la desnudez social, aún hoy sufren discriminación por parte de la sociedad y de algunas autoridades policiales.
Bueno chica, a mi me parece genial lo de que cada uno tome el sol como quiera. Así debería ser, entiendo, pero claro lo de las “agresiones visuales” es algo muy difícil de medir, y está claro que hay buena parte de la sociedad que aún hoy no es capaz de enfrentarse a la desnudez del otro, más cuando el otro es un desconocido que se tumba en la toalla de al lado.
Muchos de los que se pasean vestidos por la playa le echan más morbo y son más babosos que los que sólo llevan encima el bote de crema. Si te has paseado alguna vez por una playa nudista habrás comprobado que los que miran son los vestidos, pero claro el raro es el desnudo.
Es lo que tiene esto de las libertades, que siempre hay un “punto oscuro” en que no está clara la frontera para poder aplicar eso de “tu libertad acaba donde empieza la mía”. El punto oscuro tiene difícil solución, ¿no crees?
Merx
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