martes, 5 de febrero de 2008

Para llorar


Hoy es uno de esos días en que mi voz decide no salir. De vez en cuando, a causa de algún resfriado o simplemente de una noche con frio, mis cuerdas vocales se ponen en huelga.

Así que yo, en pleno supermartes, estoy sin voz. Empiezo a pensar que quizá es mi cerebro el que ordena a mis cuerdas vocales cuándo han de ponerse en huelga, por que lo cierto es que no tengo demasiadas ganas de hablar de nada y realmente esto te ahorra muchas conversaciones indeseadas.

No sé si como daño colateral de este día de silencio, pero hoy las noticias serias tampoco han captado mi atención. En realidad lo han intentado, pero mis ojos saltaban de una a otra con una profunda sensación de aburrimiento.

Por fin he encontrado una que ha captado mi interés, una vez más por lo absurda que me parece una investigación de esas que de vez en cuando ponen en marcha las cabecitas más ilustradas del mundo.

Ahora les ha tocado el turno a las cebollas. Un alimento que, dicho sea de paso, no cuenta con muchas simpatías y por el que alguno de mis amigos es capaz de hacer una completa disección de su plato a fin de eliminarlo por completo.

Pero a mí, mira por donde, me gustan y además me caen simpáticas. Y ahora resulta que son el centro de una investigación que pretende eliminar uno de sus atributos más característicos: que te hacen llorar.

Ya ves. Mediante la eliminación de un encima que es el que provoca esta reacción, un grupo de científicos neozelandeses y japoneses están desarrollando un proyecto iniciado ya en 2002. A pesar de que reconocen que esta variación podría alterar su sabor, afirman que conforme se avance en la investigación podrá incluso mejorarse.

Y yo me pregunto mejorarse para qué. Si fuera para evitar que su precio siga creciendo como en el año anterior, más de 13%, o incluso para conseguir que sus muchos efectos beneficiosos para el organismo se multiplicaran por dos estaría muy bien, pero para que no nos haga llorar al cortarla me parece una soberana estupidez.

Mi abuela era capaz de explicarte numerosas técnicas para evitar que esto pasara. Sin eliminar encimas, ni cambiar su sabor ni haber acabado los estudios elementales. Desde ponerte la piel en la cabeza, cortarla delante del grifo con el agua abierta y alguna más que ya no recuerdo.

He de confesar que las probé todas y ninguna funcionó, a pesar de que en ella tenían siempre un 100% de éxito. Quizás eso es lo que ocurre con los experimentos. Científicos o no.

Merx

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues no quiero imaginarte a ti un día entero sin poder articular palabra. A estas alturas debes estar con los ojos fuera de las órbitas.

Si les quitan el encima ese a las cebollas, ya no será lo mismo. Cómo vamos a hacer ver qué lloramos si no tenemos a mano esa increible propiedad de las cebollas.

Cuidate
marg

Anónimo dijo...

Y la pasta que estarán invirtiendo en todo el equipo humano y material del experimento. Total, si aquí nadie se muere de hambre, pero eso sí, como nos jode llorar con las cebollas.
........................
luna

Anónimo dijo...

La verdad es que hay investigaciones que muy útiles muy útiles no parecen ...

PD: Por cierto, enzima se escribe con z. Es que es deformación profesional, se me hace tan raro leerlo con c. Con c es el adverbio de lugar.

Anónimo dijo...

Tienes razón lucía, es que con tanta cebolla se nos ha nublado la vista. Enzima es con Z.

Bso

Anónimo dijo...

Pozi Lucía, qué despiste!! Será que se me nubló la vista a causa de la cebolla (ja ja)
Gracias guapa

Anónimo dijo...

No puedo estar mas de acuerdo, pero ojo! que ya hay sandias sin pepitas, uvas sin pepitas.Si se ponen a ello...

Eso sí. Pero ¿para cuando las cosas importantes?, y lo entreteniditos que estan mientras tanto, dale que te pego con la cebolla , que!

Bueno, pues encantada de conoceros

LA UNA

www.sopasyletras.com

 

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