Esto del hoy te lo doy y mañana te lo quito es un mal rollo. Eso es lo que deben pensar los y las que habían encomendado su alma al botox, al culto de la eterna juventud.
En EEUU han saltado todas las alarmas al declararse ayer una alerta sanitaria por los posibles efectos perjudiciales del botox, entre ellos graves problemas respiratorios que podrían llegar incluso a causar la muerte.
La toxina comercializada para tratamientos de estética, en la mayoría de los casos, también se utiliza con fines terapéuticos para tratamientos como el estrabismo, la transpiración excesiva u otros que hacen que entre los afectados haya niños.
A pesar de todo esto que te cuento no vayas a creer que han llegado a prohibir su comercialización. No se atreven. Imagina el descalabro económico de los laboratorios y clínicas que comercializan la toxina en versión botox, un filón que les debe haber aportado beneficios de muchas cifras.
Entonces piensas, ¿y para qué me lo cuentan?. Es fácil. Están siguiendo la misma línea que con el tabaco; es algo malo malísimo, yo te cuento cómo es de malo y si tú decides seguir p’adelante, es tu problema. Luego no podrás demandarme por ello (algo tan cómun en tierras estadounidenses).
En fin, que lo de la eterna juventud sin pasar por el quirófano que ofrecía el uso del botox va de capa caída. El problema está en los millones de usuarios que se han convertido en “adictos” a esta sustancia, que estaban esperando la aparición de la más mínima arruga de expresión en su rostro para correr a que su esteticista lo solucionara cual dios terreal.
Aquell@s a los que se la ido la mano, y que se pasean por ahí con rostros de museo de cera, deberán aprender de nuevo a mirarse en el espejo y a soportar el ataque de pánico que les genera la más mínima marca de expresión facial.
Así que desde aquí mis condolencias para los botoxmaníacos. Deberán acostumbrarse de nuevo a los rituales de cuidar el cuerpo por el camino más largo, e intentar conciliar el culto al cuerpo con la sociedad de la inmediatez.
O bien, que me parece más natural, volver a pensar en las arrugas como en las huellas de lo vivido, de lo reído o de lo llorado.
Merx
En EEUU han saltado todas las alarmas al declararse ayer una alerta sanitaria por los posibles efectos perjudiciales del botox, entre ellos graves problemas respiratorios que podrían llegar incluso a causar la muerte.
La toxina comercializada para tratamientos de estética, en la mayoría de los casos, también se utiliza con fines terapéuticos para tratamientos como el estrabismo, la transpiración excesiva u otros que hacen que entre los afectados haya niños.
A pesar de todo esto que te cuento no vayas a creer que han llegado a prohibir su comercialización. No se atreven. Imagina el descalabro económico de los laboratorios y clínicas que comercializan la toxina en versión botox, un filón que les debe haber aportado beneficios de muchas cifras.
Entonces piensas, ¿y para qué me lo cuentan?. Es fácil. Están siguiendo la misma línea que con el tabaco; es algo malo malísimo, yo te cuento cómo es de malo y si tú decides seguir p’adelante, es tu problema. Luego no podrás demandarme por ello (algo tan cómun en tierras estadounidenses).
En fin, que lo de la eterna juventud sin pasar por el quirófano que ofrecía el uso del botox va de capa caída. El problema está en los millones de usuarios que se han convertido en “adictos” a esta sustancia, que estaban esperando la aparición de la más mínima arruga de expresión en su rostro para correr a que su esteticista lo solucionara cual dios terreal.
Aquell@s a los que se la ido la mano, y que se pasean por ahí con rostros de museo de cera, deberán aprender de nuevo a mirarse en el espejo y a soportar el ataque de pánico que les genera la más mínima marca de expresión facial.
Así que desde aquí mis condolencias para los botoxmaníacos. Deberán acostumbrarse de nuevo a los rituales de cuidar el cuerpo por el camino más largo, e intentar conciliar el culto al cuerpo con la sociedad de la inmediatez.
O bien, que me parece más natural, volver a pensar en las arrugas como en las huellas de lo vivido, de lo reído o de lo llorado.
Merx
4 comentarios:
Hola! qué tal? Tal vez te interese visitar una página que encontré muy útil. Es para aprender inglés en línea. Además tiene diccionario y traductor y todo totalmente gratis. Trae lecciones en audio y pronunciación figurada.
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saludos
O sinó tomar el camino más largo y saludable: practicar algún deporte y saber ingerir vino tinto, tomates y fresas, buenos antioxidantes. Ya es momento de volver a lo natural (y tal vez correcto) para conservar la juventud.
No se, como que estar metiendo cuchillo a las huellas de la naturaleza nunca mne pareció. Saludos.
No digas nada del colágeno. Que yo siempre he soñado con meterme un poco de colágeno en los labios, que no es que los quiera como la ester Cañadas, pero un poco más de lo que tengo.... Pues eso, si ves algo del colágeno ni me lo cuentes jajaja
Besos Merx
Bueno, lo del botox se veía venir a una hora lejos ...
Emplear una toxina tan potente no podía no tener consecuencias a largo plazo!!
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