Parece que en La Moncloa no se esperaban la infrecuente unanimidad de la prensa al evaluar el plan de ayudas a la vivienda que el pasado martes presentaban a dúo la Ministra Chacón y el Presidente del Gobierno.
En todos los medios sin excepción, con menor o mayor dureza, el plan ha sido acogido con escaso entusiasmo y mucha crítica. La puesta en escena del Jefe del Ejecutivo junto a la titular de vivienda en la escalinata de la Moncloa, enclave que el presidente sólo utiliza para hacer declaraciones institucionales o comparecer con mandatarios extranjeros, no ha escapado al sambenito de electoralista, quizá por ser muy descarado que había más papel de regalo que contenido en lo que en realidad era una mera copia del plan de la anterior ministra, María Antonia Trujillo.
Dicen que ante tal fracaso mediático, en vísperas a unas elecciones generales, los asesores aconsejaron a ZP salir a defender la novedosa propuesta de su ministra, cosa que el Presidente realizó con rotundidad aprovechando la rueda de prensa ofrecida junto al presidente de Urugay Tabaré Vázquez, que digo yo que aprovechar cualquier oportunidad está bien pero qué culpa tiene Tabaré para que le roben el protagonismo.
En la misma línea, y en declaraciones a la Cadena SER, Carme Chacón sostuvo que su propuesta no se queda aquí y que ya trabaja para impulsar el parque público del alquiler, además de resaltar que una de las novedades más importantes es que el alquiler de una casa desgravará en el IRPF, como lo hace la compra.
Aunque si algo nos ha sorprendido a todos, y seguro que el Gobierno no se esperaba, es que el diario amigo, El País, fuera a propinarles la bofetada más grande. Dicen por Vivienda que el sopapo es la venganza de Prisa por la salida a escena del diario Público, auspiciado por el Gobierno y que se presentaba ayer en sociedad, y por el poco afecto que se ha demostrado hacia Sogecable en la famosa “guerra de las televisiones”.
Pero si la crítica del diario de cabecera de las filas socialistas hacia la propuesta estrella de ZP me sorprendió, hoy no daba crédito a lo que veía. La ministra Chacón se despachaba a gusto en una carta enviada al director de El País que bajo el título Aclaraciones de la ministra de Vivienda, acusaba al diario de haber publicado una información "que rebosa inexactitudes y errores". Después de ese duro arranque, Chacón enumera en su respuesta las equivocaciones del artículo para cerrar con una sugerencia que suena más a advertencia: "Me permito sugerirle asimismo un mínimo de coherencia entre sus páginas de información y de opinión, y una mayor consideración a la inteligencia de sus lectores". Claro que lo mejor venía en la despedida. Una especie de guiño al estilo de no vamos a hacernos daño que decía así: “En fin, señor director, mantengo mi confianza en que su periódico (que es también el mío desde hace mucho tiempo) subsane unos errores tan voluminosos como innecesarios".
Todo esto tiene un tufillo a pataleta que no parece propio de lo que se supone son líderes políticos. Mujer, que digo yo, que por muy del partido que se sea, no hay por qué tragar con todo y a veces está bien criticar lo que no nos gusta o no da el nivel. Y no por eso hay que arremeter con esos modos. Ese no es el plan.
Marg
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