miércoles, 5 de septiembre de 2007

¿Todo bajo control?


Este verano mientras pasaba unos días en Nueva York el azar me llevó a presenciar el pomposo funeral de un bombero muerto en acto de servicio. Por unas horas más de 10 avenidas, incluida la 5ª, quedaron cortadas para que cientos de policías y compañeros del Cuerpo, en riguroso silencio y en formación, rindieran homenaje a este hombre. Durante la hora en que el féretro, a bordo de un camión de bomberos, desfiló ante las fuerzas de seguridad, cientos de curiosos se agolparon frente a las vallas de seguridad para observar atónitos el despliegue.

De repente, un avión sobrevoló el cielo de la gran manzana justo por encima de nuestras cabezas. Por unos segundos las miradas de la multitud se alzaron más allá de los rascacielos y creo que una misma imagen se paseó por el pensamiento de todos los allí presentes, junto a un inevitable escalofrío.

Es evidente que el miedo a revivir una escena similar a la de los atentados del 11S se ha hecho un hueco en el subconsciente de todos y cualquier espoleta, por pequeña que sea, reabre la herida y eriza la piel.

De todas maneras, y pese a las supuestas estrictas medidas de seguridad, que para mi gusto se quedan en supuestas porque la realidad es bien distinta, se cometen grandes errores y luego, intencionadamente o quizá también por error, se nos cuentan.

Acabo de leer en la prensa que la semana pasada uno de los famosos bombarderos B-52 del Ejército de EEUU sobrevoló el país de norte a sur cargado, según fuentes militares, por equivocación, con varios misiles nucleares. Aunque el objetivo de la misión era trasladar sólo los proyectiles como parte de la retirada de 400 de ellos por parte del Pentágono, un olvido provocó que nadie desmontara las cabezas nucleares antes del despegue y el aparato voló durante más de tres horas, desde Dakota del Norte hasta Luisiana, llevando bajo sus alas cinco cabezas nucleares, montadas en misiles de crucero avanzados (ACM).

Pero lo mejor de esta historia es que, aunque el teniente coronel portavoz de la Fuerza Aérea, aseguró que el traslado se realizó de forma segura y que el armamento estuvo en todo momento bajo control, el error no fue descubierto hasta que el B-52 llegó a su destino.

Aunque según los expertos el riesgo fue escaso, porque un accidente sólo hubiera provocado una explosión y un escape de plutonio, ya que las complejas medidas de seguridad de las ojivas hubiesen impedido una detonación nuclear, tal y como mandan los cánones en estos casos, el incidente ha desencadenado una investigación de la Fuerza Aérea para hallar las causas y evitar que se repita de nuevo una situación similar.

No sé cómo se te queda el cuerpo con estas noticias, pero yo que hace tiempo que ya no me creo nada de lo que nos cuentan, que dudo de todo lo que no nos cuentan, y que veo fantasmas en todas las explicaciones y justificaciones de los gobiernos, yo dudo y tiemblo a la vez.

¿Realmente lo tienen todo bajo control como nos quieren hacer creer, o es que el enemigo ha vuelto a casa?

Marg

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Bueno, control lo que se dice control... supongo que prestaran mas atencion en funcion a cuan probable es que ellos mismos mueran a causa de sus errores, claro, esta seria una buena exepcion.

 

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