lunes, 3 de noviembre de 2008

Asha, el futuro de Somalia.

La semana pasada saltó a la luz pública la terrible historia de Asha, una joven de 24 años que, según el lider islámico de Kismayo, al sur de Somalia, el jeque Hayakallah, pidió a la corte islámica ser juzgada y castigada, para que según la Sharia, recibiera el castigo que merecía por ser una adúltera y haberse casado con dos hombres.

En ese momento, los familiares de la joven se mostraron furiosos, negando que Asha hubiera confesado adulterio y por supuesto que la lapidaran". De poco les sirvió a los familiares reclamar a la comunidad internacional que detuvieran la ejecución. Por primera vez en la región de Kismayo, el jeque Hayakallah, ante una gran multitud, presenciaron como la joven era enterrada hasta el cuello y, después, apedreada hasta la muerte por medio centenar de hombres.

Hoy, la historia de Asha salta de nuevo a los titulares todavía con más crudeza. Asha no era una mujer de 24 años, sino una niña de 14. No cometió adulterio sino que fue violada por tres hombres del clan más poderoso de la ciudad y su muerte, a pedradas, fue un guiño del tribunal islámico impuesto por las milicias integristas de Al Shabab, para borrar todo rastro del crimen.

En Somalia, la historia de Asha es una de tantas historias de personas victimas del caos de un gobierno corrupto, del islamismo más radical, de niños soldados armados hasta los dientes, una víctima más de los mal llamados señores de la guerra.

Asha nació en un campo de refugiados al sur de Kenia, en 1995, donde su familia tuvo que refugiarse huyendo de los ataques contra su clan. Era la pequeña de trece hermanos y su niñez la pasó en el campo, hasta que, a causa de su epilepsia, su familia decidió enviarla con su abuela para que pudiera recibir atención médica en Mogadiscio. No contaba su familia con que Kismayo, una de las poblaciones de camino a casa de su abuela, estaba en guerra bajo el control de las milicias integristas. Asha vivió los dos últimos meses en Kismayo gracias a los conocidos que había hecho por el camino y al dinero que su padre le había entregado. La noche del pasado sábado tres hombres la obligaron a acompañarlos a la playa, donde la violaron.

Su padre le aconsejó denunciar a los violadores y estos fueron arrestados. Y así emprendió el corto camino hacia su terrible muerte. Los familiares de sus agresores la convencieron para que acudiera al tribunal islámico, retirara su acusación y perdonara a los tres hombres. Le prometieron dinero y joyas y ella aceptó pensando que así podría culminar su camino y reunirse junto a su abuela, sin ni siquiera sospechar que sería acusada por ellos mismos por extorsión. Cuando Asha retiró la denuncia, fue arrestada y acusada de adulterio, aún sin estar casada.

Asha pasó las peores horas de su corta vida en soledad. Nadie de su clan, ni un familiar, ni un médico, nadie a su favor para luchar por su inocente vida. Una hora antes de su ejecución Asha pudo hablar con su padre para decirle que la iban a matar, pero ya era tarde.

Ante un millar de personas en el estadio de fútbol de Kimbayo, Asha lloraba su inocencia, antes de que le cubrieran la cabeza con un capuchón. Unos cuantos entre la multitud trataron de acudir en su ayuda pero los milicianos integristas abrieron fuego, matando a un niño, por lo que ya nadie más se atrevió a proteger a Asha. Cincuenta hombres la rodearon y empezaron a lanzarle piedras hasta acabar con su vida.

El Islam practicado en Somalia ha sido siempre moderado pero parece que eso ya es historia. Hoy van camino de convertirse en talibanes y Asha no es más que parte de ese proceso de conversión que supondrá asesinatos a sangre fría y a voz en grito para dar ejemplo.

El defensor de los derechos humanos somalí considera que Asha sirvió no sólo para cubrir a los autores de su violación, "sino también para atemorizar a la población, a aquellos clanes que no tienen poder". Para Shire Sheik, "es necesaria una intervención internacional efectiva. Amnistía Internacional, condenó ayer duramente la ejecución de Asha, cuya muerte "es otro caso de abuso de derechos cometidos por combatientes en el conflicto de Somalia, otro que demuestra la importancia de investigar y documentar dichos abusos a través de una Comisión Internacional de Investigación".

Pero investigaciones aparte y mientras alguien hace algo por salvar lo que queda de Somalia, el padre de Asha y sus hijas viven como pueden, enfermos de dolor. Su suegro, su cuñado y dos de sus hermanos fueron asesinados por clanes rivales. A él le hirieron y, herido, huyó de Somalia. Ahora, sólo recuerda una y otra vez las últimas palabras de su dulce Asha a punto de ser asesinada: 'Papá, soy tu hija, me van a matar, por favor, diles que me perdonen'.

No quiero ni puedo entender. Desgraciadamente todo parece indicar que Asha pudiera ser el futuro que le espera a Somalia.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué horror!! Hay cosas que claman al cielo y a todo lo que se pueda entender como justicia y derechos humanos.

Marisabidilla dijo...

No entiendo cómo se llega a esos extremos. Pero sobre todo me quema que la comunidad internacional no le ponga fin. No me creo que no puedan hacer nada...

gato dijo...

La breve historia de esta niña da vértigo... pero es sólo una muestra de una realidad paralela a occidente... lógica imposible de entender, si uno no convive con ellos...

Saludos.. y las felicito por el post.

Mujeres dijo...

Terribles historias las que ocurren no muy lejos de donde nosotros nos preocupamos por idioteces.

Saluds a tod@s
Marg

Julius Contreras dijo...

En general las mujeres la pasan mal en los estados islámicos. Lo de Asha es un ejemplo más de todos los abusos que puede cometer una religión masculinizada frente a una indefensa mujer. Es increible la historia de horror que has narrado. Estas son las cosas de importancia, las vidas humanas y no invocar a Dios para atacar a un país y apoderarse de su petroleo. Abrazos.

Anónimo dijo...

Qué esta pasando ??? o qué es lo que NO esta pasando, ya que estas cosas siguen sucediendo en la verdadera cara de la realidad y el resto del mundo se preocupa por la suba o la baja del petroleo.No sé para que existen los "DERECHOS HUMANOS" si solo son aplicables en algunas "SOCIEDADES" cuanta hipocresía, cuanta indiferencia me da verguenza la raza humana.Tan sencillo como que esas bestialidades NO deben suceder JAMÁS y que dondequiera que sucedan sea CONDENADOS A CADENA PERPETUA!! que tandificil es cambiar leyes que han sido escritas por la misma mano del hombre. Seamos realistas !!! no pasa por ahi, sino por los VILES intereses economicos de los que se creen DIOSES ¡¡¡ QUE TRISTE EL SER HUMANO !!!

 

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