El otro día alguien me contaba de la rabia que sintió al ver en un programa de televisión la reconstrucción del secuestro, violación, tortura y asesinato de la malograda Sandra Palo, y de su indignación al saber que alguno de los tres hijos de su madre que cometieron tales aberraciones con la pobre infeliz, se encuentran de rositas en la calle porque son menores de edad.
Ahora leo en la prensa que la madre de la niña de 7 años degollada en Ceuta hace un par de años, ha intentado agredir al asesino durante el juicio que justo se está celebrando en Cádiz, aunque un policía ha evitado que la cosa acabara como a la pobre mujer le hubiera gustado.
Desgraciadamente podría escribir páginas y páginas sobre el cada vez mayor número de vejaciones de todo tipo que aparecen en los titulares de los informativos, y cuando veo que alguien intenta acabar con su agresor, cosa por otro lado muy poco habitual, siempre me pregunto qué haría yo si estuviera en la piel de esa madre que ha visto como uno de estos mamarrachos acababa impunemente con la vida de su hija. Desde luego, no me veo en el papel de defensor de las causas perdidas al estilo del padre de la famosa niña Mariluz, aunque respeto y admiro su valor.
A uno de esos pocos padres que intentó acabar con el asesino de su hija, el policía que lo detuvo le dijo que con eso no iba a devolverle la vida a su hija y a cambio pasaría el resto de la vida en la cárcel. La respuesta del padre fue que su vida ya era una cárcel.
Realmente, pasar por una circunstancia como esta debe anularte como ser humano y encerrarte en un agujero sin salida. Siempre he pensado que ante algo así, mi sed de venganza sería incontrolable y mi único objetivo acabar con ese monstruo que ha decidido ponerle fin a parte de mi vida. No tendría ya nada que perder.
Muchos hablan de resignación y de que la justicia no es algo que deba tomarse al antojo de cada uno o aún mejor la frase aquella de que “vengándose uno se iguala a su enemigo, perdonándolo se muestra superior a él. Qué quieres que te diga, yo me sigo viendo en el papel de una de esas justicieras, espada en mano, y sin muchos principios que respetar.
Claro que, dada la poca justicia que hay y viendo que muchos de los agresores andan sueltos ¿no te parece extraño que no haya más justicieros saciando su sed de venganza?.
El ser humano siempre me sorprende.
Marg
Ahora leo en la prensa que la madre de la niña de 7 años degollada en Ceuta hace un par de años, ha intentado agredir al asesino durante el juicio que justo se está celebrando en Cádiz, aunque un policía ha evitado que la cosa acabara como a la pobre mujer le hubiera gustado.
Desgraciadamente podría escribir páginas y páginas sobre el cada vez mayor número de vejaciones de todo tipo que aparecen en los titulares de los informativos, y cuando veo que alguien intenta acabar con su agresor, cosa por otro lado muy poco habitual, siempre me pregunto qué haría yo si estuviera en la piel de esa madre que ha visto como uno de estos mamarrachos acababa impunemente con la vida de su hija. Desde luego, no me veo en el papel de defensor de las causas perdidas al estilo del padre de la famosa niña Mariluz, aunque respeto y admiro su valor.
A uno de esos pocos padres que intentó acabar con el asesino de su hija, el policía que lo detuvo le dijo que con eso no iba a devolverle la vida a su hija y a cambio pasaría el resto de la vida en la cárcel. La respuesta del padre fue que su vida ya era una cárcel.
Realmente, pasar por una circunstancia como esta debe anularte como ser humano y encerrarte en un agujero sin salida. Siempre he pensado que ante algo así, mi sed de venganza sería incontrolable y mi único objetivo acabar con ese monstruo que ha decidido ponerle fin a parte de mi vida. No tendría ya nada que perder.
Muchos hablan de resignación y de que la justicia no es algo que deba tomarse al antojo de cada uno o aún mejor la frase aquella de que “vengándose uno se iguala a su enemigo, perdonándolo se muestra superior a él. Qué quieres que te diga, yo me sigo viendo en el papel de una de esas justicieras, espada en mano, y sin muchos principios que respetar.
Claro que, dada la poca justicia que hay y viendo que muchos de los agresores andan sueltos ¿no te parece extraño que no haya más justicieros saciando su sed de venganza?.
El ser humano siempre me sorprende.
Marg
4 comentarios:
Si esto lo ves en España, en Latinoamerica es cosa de todos los dias. Acabo de leer parte de la noticia de Sandra Palo y es realmente indignante. En Perú ocurre algo semejante con las pandillas: cuando se les va a reprimir, te dicen con todo el cuajo: somos menores, así que no nos puedes tocar.
Yo soy partidario de que sean sancionados como personas mayores, ya que ellos saben que no pueden ser sancionados por ser menores y se aprovechan de ello. Era de la idea de enviarlos a las fuerzas armadas, a un servicio militar obligatorio, pero eso sería enseñarles a usar un arma. Porque ya me cansé de la basura esa de "son menores que se ven afectados por la falta de oportunidades, que son víctimas de la sociedad y que merecen comprensión ante todo". Si quieres escupir esta frase, puedes hacerlo, pero ten tu trapito con alcohol para cuando pases la página. Abrazos.
Escalarta estoy totalmente de acuerdo contigo. Aquí en nuestro país este de los menores es otro de los eternos temas de debate. El grupo de menores detenido bajo la acusación de asesinar a Sandra Palo, acumulaban más de 700 denuncias ante la Fiscalía de Menores, desde la quema de coches y diversos actos vandálicos, hasta las heridas causadas a los viandantes por los disparos, con una escopeta de perdigones, que uno de ellos realizó desde su ventana. En estos casos, el hecho de que sean menores no debería impedir su ingreso en prisión porque, como se vió, son asesinos en potencia que pasean alegremente por la calle.
Saludos
Marg
Hay pocas personas que tengan tan poco miedo como para ceder a la sed de venganza, por suerte supongo.
si tu odias a alguien o por que te ha echo algo algun daño no le tengas piedad por que el o ella a ti no te tuvo piedad. has lo que te hizo o algo peor para que vea que vea que con tigo nadie se mete ok dale su merecido no le tengas ni tantito de piedad ok tkm ba bay
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