Atrapados Publicado por Mujeres

Hay muchos mitos y falacias sobre las sectas, y aunque de tanto en cuando aparece la noticia de que bajo la organización tal se escondía una secta que estafaba a un montón de adeptos, a muchos de nosotros nos sigue pareciendo que el tema de las sectas es algo más de película que una realidad por la que debamos preocuparnos.

Pero lo cierto es que las sectas existen, cada vez hay más, y nadie está a salvo de caer atrapado en sus redes. Los expertos en la materia han hecho oficiales los datos de personas atrapadas por sectas en nuestro país y hablan de entre 300.000 y 500.000 españoles captados por estos grupos, lo que supone un incremento espectacular en los últimos años.

Aunque parece ser que actúan sobre todo en grandes ciudades como Madrid y Barcelona, en las zonas pequeñas, aunque es más difícil su implantación, se valen del poder de Internet para llegar a potenciales adeptos.

Según los datos oficiales, sólo en Madrid el 1% de la población, unas 60.000 personas, podrían estar atrapadas en algunas de las más de cien sectas que actúan en la región, de las cuales la mitad podrían ser satánicas o adoradoras del diablo, y la otra mitad destructivas, es decir aquellas que anulan la voluntad del individuo y lo exprimen económicamente. En la provincia de Alicante, por dar otro dato, se localizan unas 40, de las que siete adoran al diablo, y la Comunidad Valenciana es la tercera autonomía española con más número de sectas, con cerca de 200 grupos, 14 de ellos satánicos.

Los Testigos de Jehová, con más de 100.000 adeptos en España, los grupos gnósticos, que han proliferado con ganchos de relajación y terapias tipo Herbalife, la Cienciología, reconocida en España como entidad cultural o las sectas satánicas como los Hijos de Adonais, Adoradores de Seth, o La Culebra Negra, son sólo algunas de las sectas reconocidas como tales en nuestro país.

Si el tema en sí es escalofriante, la historia empeora cuando echas un vistazo al perfil de los adeptos, la mayoría jóvenes de entre 17 y 25 años que se enganchan por su “búsqueda de la aventura y el riesgo”, o personas que por diversas circunstancias están en un momento de debilidad emocional y que encuentran, en el lavado de cerebro que estos grupos ejercen, una vía de escape a sus problemas.

Los expertos advierten sobre el incremento del gusto por el esoterismo y lo oculto, y en la proliferación de este tipo de tiendas en las ciudades, o en la presencia en muchos centros escolares de la ouija y manuales de magia, vinculados a la literatura juvenil tan de moda y que muchos adolescentes se han aficionado a practicar. Por ir más allá, hasta nos aconsejan poner atención en los simples cursos de yoga o de prácticas tántricas, que en algún caso han sido la puerta de entrada a la cueva.

Las previsiones de crecimiento de cazadores y cazados no son nada tranquilizadoras ya que la época de crisis de valores y credos a la carta que estamos viviendo no hace más que abonar el terreno de lo mágico y la búsqueda de nuevas soluciones para situaciones desesperadas.

Más allá de las películas, parece que nadie está a salvo de ser atrapado.

Marg