martes, 16 de septiembre de 2008

El souvenir más horroroso

En mi casa siempre he oído aquello de limpiaremos los sofás o las cortinas, o las alfombras… cuando las niñas empiecen el cole. Por buscarle una explicación al tema, supongo yo que pensaban que al estar menos horas en casa íbamos a ensuciar menos y así las cosas duraban más tiempo limpias.

Pero aunque yo pensaba que esto sólo era una más de las manías de mi casa, parece ser que el hacer zafarrancho de limpieza durante el mes de septiembre, es una práctica bastante extendida. Y entre las obsesiones, la de ordenar los armarios, volver a colgar en las perchas la ropa de invierno, y deshacerse de todos aquellos objetos feos, inútiles que alguien te regaló alguna vez y que no se sabe porqué extraña razón guardas en una caja.

Mi primera suegra era una experta en este tipo de regalos, en parte porque el presupuesto que asignaba para los regalos de navidad o cumpleaños de los 27 miembros de su familia era de 3 euros por persona, en parte porque los 3 euros los invertía en los chinos, y sobretodo porque tenía un gusto más que dudoso. Al principio pensé que era una especie de venganza por haberle quitado a su hijo, luego me di cuenta que no era nada personal porque sus hijos recibían artefactos parecidos.

El caso es que en esa época de mi vida, llegué a hacerme con una importante colección de objetos inútiles y muy muy feos, que iba almacenando en una caja y que tardaba en tirar a la basura lo que tardaba mi exmarido en olvidarse de que su madre nos había hecho un regalo. Afortunadamente nunca me pidió que los pusiera en un lugar destacado cuando viniera su madre.

Lo más extraño que llegué a tener fue un gallo de madera del tamaño de una botella de Coca-Cola de 2 litros, que en la cresta tenía un palillero. Odio los palillos y esa manía que tienen algunos de hurgarse los dientes después de comer aunque sea tapándose la boca con la otra mano para ponerle un toque de finura al tema, así que hubiera pagado por conocer al campeón que se le ocurrió la idea de hacer un palillero de casi 50 cm.de altura en forma de gallo de colores.

Aunque nada comparado con los souvenirs que tus amigos o familiares te traen tras algunos de sus viajes. Todavía guardo en algún sitio un juego de posavasos que me trajeron de Mikonos, nada especial si no fuera porque cada uno de esos platillos es la imagen de un dios de la mitología griega con unos falos tan grandes que no he tenido narices de ponerlos nunca debajo de un vaso. Quizá algún día … cuando invite a mis amigas a una reunión de tuppersex para darle un poco de ambiente al tema.

Algo parecido a esto le debe pasar a alguien del equipo de marketing de lastminute.com. La compañía de viajes puso en marcha hace unas semanas el concurso “El souvenir más horroroso” , en el que puedes participar enviando una foto de los souvenirs más feos, ridículos, vergonzosos o extravagantes, que todavía guardes en casa. ¿El premio? 600 Euros en viajes, que yo espero que no sea al lugar de donde proceda el agraciado objeto.

Echándole un vistazo a la galería de objetos recibidos en lastminute.com puedes hacerte una idea de la maldad que tiene la gente. Aunque si encuentras entre ellos, algún regalo tuyo, mis disculpas por adelantado.


Marg

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Dos utilidades:

1. Se reciclan. Te sacan de más de un apuro en navidades, por aquéllo del amigo invisible.

2. Se venden en e-bay. Hay mucho friky suelto, y así te sacas unas pelillas.

Anónimo dijo...

Pimkie lo de e-bay es una buena sugerencia porque para gustos están los colores, pero lo de reciclarlos, aunque te saquen de un apuro, a mi me da no se qué. Y que quieres que te diga, al final siempre se acaba sabiendo quién es el "amigo" invisible.

Anónimo dijo...

Yo nunca regalaría nada que encontrara horroroso, pero la opción eBay cada día está más extendida.

Voy a ehcar un vistazo a esa galería,jeje.

 

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