lunes, 21 de abril de 2008

La belleza de la muerte


La muerte ha sido siempre uno de los recursos más utilizados por artistas de toda índole para expresar el miedo, el sufrimiento, el más allá, la soledad…. O incluso la belleza.

Pero parece que últimamente el recurso poético de la muerte para expresar sentimientos ha dejado de ser tan sólo poético para pasar a ser absoluta y repugnantemente realista. En el último año al menos he visto 3 exposiciones que te enfrentan a diferentes aspectos de la muerte con tanta frialdad que consiguen dejarte el cuerpo revuelto para todo el día.

Primero fue Von Hagens, el artista que diseca cadáveres con una técnica especial y magnífica según los expertos, pero que a mi me parecen víctimas recientes de un ataque radiactivo o de una gran onda expansiva, vamos un alegato a tejidos, huesos y tendones en toda su gloria.

Más tarde apareció el artista chino Xiao Yu, al que no se le ocurrió otra cosa que mostrar en una de sus exposiciones el macabro hallazgo que él solito había descubierto a saber dónde. Si no recuerdo mal, creo que el botecito en el que guardaba una cabeza de un feto real pegada al cuerpo de una gaviota real, duró apenas unas horas en la sala de exposiciones, con el consiguiente revuelo, sobretodo por eso de saber en dónde narices había encontrado Xiao Yu tal material para expresar su arte.

Y luego vinieron las exposiciones de cadáveres reales, regalo de los forenses a los artistas por tratarse de personas no identificadas o reclamadas. Pero si todas estas expresiones del arte siembran la duda sobre dónde se sitúa la frontera entre la ética, la moral, la dignidad humana y la libertad de expresión del artista, hasta ahora podíamos dar gracias de que por lo menos, los muertos, muertos estaban.

Lo que han hecho hasta ahora estos artistas, que yo llamo de casquería, no es nada comparado con lo que está preparando, si le dejan, el artista alemán Gregor Schneider que proyecta exponer "la belleza de la muerte" en una sala por él diseñada y con la ayuda de enfermos agónicos o los cuerpos de personas recién fallecidas. Tras ganarse la fama de ser "el artista más lúgubre" en la Bienal de Venecia, donde fue premiado con el León de Oro en 2001, Schneider busca ahora un museo que acepte llevar a la práctica su particular idea artística.

El excéntrico artista afirma que "La realidad de la agonía en las clínicas, las salas de cuidados intensivos y los quirófanos alemanes es terrible. Este es el escándalo. La muerte y el camino hacia ella es hoy un sufrimiento. El enfrentamiento con la muerte, como yo lo proyecto, puede quitarnos el miedo a la muerte". Así que para ayudar a los pobres desalmados en su camino hacia el más allá, Schneider está pensando en construir lugares humanos para la muerte, donde la gente pueda morirse a gusto, ya que según él “es el espacio el que aporta la dignidad y la protección"

La parte más difícil de su idea va a ser precisamente la de encontrar el material a exponer, porque creo yo que enfermos agónicos, terminales o desahuciados, que estén dispuestos a morir en público, no debe ser tarea fácil. Aunque ser que ya cuenta con una persona dispuesta a ello, un coleccionista de arte, con el que espera “poder trabajar”. Morir en su propia exposición ¿Será éste el colmo de un coleccionista de arte?

A mi desde luego no me van a pillar en la sala de exposiciones del hombre este, aunque seguro que público no le va a faltar. Todo sea por saciar esa sed que tenemos de morbo y sufrimiento ajeno.

Yo prefiero seguir pensando en la belleza de la muerte en su versión poética y dejar la realidad del sufrimiento para el momento en que llegue. Porque aunque no te niego que la muerte y todo lo que la rodea me estremece, creo que una visión como la que pretende Schneider no va a paliar mis miedos. Más bien todo lo contrario.

Marg

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Y que tal si cuando nacemos, en verdad venimos de una muerte;

y que tal si con el paso de los días, nos vamos acercando cada vez más a un nacimiento

salute!

Anónimo dijo...

Bueno, a más de uno le dará ideas para un nuevo reality show en la tele. Enfermos terminales. Es necesario que tenga que llegar a ese extremo? Para mí eso no es arte, es la realidad tratada sin ninguna delicadeza.

Anónimo dijo...

Este tio es tonto, pues que tenga cuidado con el karma

 

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