Exceso de Photoshop Publicado por Mujeres

Llevo muchos años trabajando en publicidad y he comprobado en primera línea las ventajas que el uso de Photoshop tiene para nuestro sector; pero, si te digo la verdad, la deformación profesional no había despertado mi interés por utilizar el programita de marras en mis fotos de uso doméstico hasta que vi la afición que mi hija y sus colegas tienen por hacerse fotos en todo momento, retocarlas con Photoshop de mil formas y colgarlas en sus fotologs para deleite de los amigos.

Un día probé, y desde entonces estoy sometida a la tiranía de Photoshop. Aunque las fotos digitales las acabo guardando en un disco duro, nunca me acuerdo de enseñárselas a nadie ni siquiera de enviarle una copia a quien me las pide, e incluso a veces no me acuerdo ni de que las tengo, a pesar de todo, no hay foto que no se rinda a los encantos del programita: siempre hay algo por mejorar, alguna arruguilla de esas que sólo aparece en las fotos, o una luz que se ceba contigo y te da un color verduzco a la cara, o, no nos engañemos, es ideal para aniquilar un michelín inoportuno o devolverle a mis ojos el color que tienen y no ese rojo vampiro con que suelo aparecer en todas las fotos.

El caso es que sin ser una experta, me he vuelto una trucadora digital. Así que no te cuento, los que profesionalmente se dedican al retoque fotográfico y sobretodo, los que son objetivo de las cámaras, toda esa troupe del famoseo y artisteo, políticos ya incluidos, que no aceptan la publicación de una foto sin que antes Photoshop no haya dado su bendición.

Pero realmente creo que hemos rebasado el límite. Sólo hay que echarle un vistazo a los cuerpos esculturales y carentes de imperfecciones que aparecen en el papel cuché, tipo Interview o Hola, a los carteles de las películas, a la publicidad de cosméticos, o a la cara de Isabelita Preysler o George Clooney en algunos de los anuncios en los que dan la cara; ni un atisbo de arruga, ni una rojez de grano incipiente, ni un pelo mal atusado, ni pequeñas venas varicosas…. NADA. Están tan limpios que cualquiera diría que son de cera.

Tanto alto se ha puesto el límite de esta táctica que en el Reino Unido podría tener los días contados si un conjunto de revistas que integra la Asociación de Publicaciones Periódicas -entre las que se encuentran Vogue y la edición inglesa de ¡Hola!- accede a imponer el veto solicitado desde el sector sanitario y el propio Consejo Británico de la Moda.

Las negociaciones están en curso y el propio sector de la prensa ya ha admitido los efectos nocivos de brindar una imagen distorsionada y poco realista del cuerpo, sobre todo cuando se trata de exhibir el cuerpo femenino.

La campaña cuenta con el apoyo de la actriz Kate Winslet (cinco veces candidata al Oscar), quien dos años atrás osó plantar cara a la revista GQ por modificar un reportaje fotográfico del que era protagonista para estilizar su figura. Ni ella ni su colega y amiga Emma Thompson están dispuestas a ceñirse a unos cánones de belleza que les parecen “tan artificiales como pernicioso ejemplo para el público más joven e influible”.

Pues anda, ahora que habíamos descubierto la fórmula de la eterna juventud. Claro, que con la afición que hay entre ese público tan influible al trucaje digital, a ver quién les dice ahora que la arruga es bella y que un poco de celulitis le sienta al cuerpo divinamente. Y lo peor, a ver quién le pone el cascabel a Isabel Preysler y a sus amigas, y las convence de que vuelvan a aparecer en las fotos tal y como son, o sea de carne y hueso.

Marg