Haz de ti tu propia marca Publicado por Mujeres

Aunque no es algo nuevo, parece que el personal branding o cómo hacer de ti tu propia marca se ha convertido en un factor fundamental para destacar en el mercado laboral.

Es algo así como extrapolar las estrategias de marketing que se emplean para la gestión de marcas al ámbito de lo personal, o lo que es lo mismo convertirnos en un producto que hay que gestionar y vender en un mercado cada vez más competitivo.

Los valores que el marketing aporta al producto, como la seducción, diferenciación, posicionamiento, esfuerzo comercial, personalización de servicios, comunicación convincente, credibilidad, etc… con el objetivo de facilitar la toma de decisiones del consumidor inclinándose por ese producto, se trasladan ahora al ámbito de uno mismo para que nuestra candidatura en un proceso de búsqueda de talentos para un determinado puesto, se convierta en el producto o la marca que todos desean comprar.

Y en esto tan complejo del personal branding, y aunque a muchos les moleste porque ya hay mucho escrito sobre el tema, el famoso y polémico miembro del jurado de OT, Risto Mejide, ha dado un paso al frente y se ha convertido en abanderado de esta tendencia a hacer que un profesional cualquiera pase de ser materia gris en el mundo laboral a convertirse en producto preferente o marca estrella.

Como él mismo asegura, en el mundo de las marcas, gustarás a muchos y otros tantos te rechazarán, pero lo que es innegable es que este creativo catalán ha sabido hacer de sí mismo su propia marca, que a base de pose, y mala leche, consigue aumentar la audiencia de Operación Triunfo cada vez que aparece en escena.

Dejando aparte el personaje en cuestión y para que vayas pensando en cómo construir tu propia marca, hay que tener en cuenta el ADN del personal branding. A saber:
A de Autenticidad, de ser fiel a uno mismo. La gente compra integridad, o lo que es lo mismo, tener claros unos pocos valores y ser coherente y consistente con ellos.
D de Diferenciación, contrastarse con el entorno, y aquí hablamos más de actitudes (que no se pueden aprender) más que de aptitudes (que se pueden comprar).
N de Notoriedad, sorprender y sorprenderse, cuando ya creen que saben lo que pueden esperarse de uno, vamos y sorprendemos (positivamente, se entiende).

El peligro de esta nueva tendencia, que se aplica igual para convertirte en la marca preferida de tus jefes en tu actual empresa que en la marca que otras empresas quisieran comprar cuando necesitan contratar a alguien, está para mi, al igual que en muchos productos que nos venden, en la publicidad engañosa, en construir un ADN sin base.

Y me refiero a toda esa gente que el único don que tiene es el de venderse bien y crearse una espesa cortina de humo para tapar lo que en realidad no tiene: integridad, valores, actitudes e incluso competencias profesionales. Afortunadamente a éstos, aunque su marca haya seducido al consumidor, como a los malos productos, los destapa el tiempo. Y como dice la abuela de Risto Mejide “si “el éxito ya lo tienes, ahora te falta el reconocimiento”.

Llevo muchos años en esto del marketing y siempre he dicho que para hacer buen marketing sólo hay un secreto: el que impone el sentido común. O sea, tú mismo.

Marg